Opinión y Actualidad

Director cinematográfico

La función de los directores de cine. Las cualidades de sus filmes de acuerdo a su formación y la importancia de los estudios en las artes audiovisuales.

16/12/2023

Por Pablo Argañarás, Lic. en Cine y Televisión
El manejo de la cámara es primordial a la hora de trabajar en cine.  Es el instrumento con el cual se registrarán las imágenes para luego ser procesadas.  Así como un buen jugador de fútbol o básquet son virtuosos en el manejo del balón, en el séptimo arte sucede con la cámara.  Un director que se precie de tal deberá con el transcurso del tiempo ir acumulando herramientas que le permitan hacer mejor su trabajo.  La técnica y el manejo de cámara es una de esas herramientas.

Una buena puerta de ingreso al mundo de las imágenes en movimiento es la fotografía, el arte de la imagen fija.  Se presupone que al dominar el arte fotográfico se tienen las herramientas suficientes para dar el paso a las imágenes en  movimiento. Muchos directores vienen de la cuna de la fotografía.  Grandes cineastas fueron antes grandes fotógrafos.  Cuando sucede esto,  por lo general,  los filmes que ruedan tienen un purismo técnico en cuanto a la imagen que es asombroso.

Hay directores que hacen sus primeras armas en lo actoral, ya sea directores o actores.  Y en el devenir de su actividad se ven tentados de cruzar la línea invisible: pasan de adelante de las cámaras a estar en la línea trasera.  Son muchísimos los casos de directores que provienen de una cuna actoral.  Ellos poseen la característica que sus películas son grandes obras, ejecutadas a la perfección desde lo histriónico.

Se da el caso que los músicos son los que se vuelcan a la dirección cinematográfica.  Cuando esto sucede es maravilloso.  El montaje es lo que más brilla en sus filmes.  El sentido del tiempo y del ritmo cobra relevancia haciendo películas que son una pieza de relojería por su ajuste preciso a las acciones que se van suscitando.

Otra cantera de directores, sobre todo en Francia de los años ´ 60 y ´70 fueron los críticos de cine.  La revista de cine "Cahiers Du Cinéma" era famosa por sus feroces críticas al cine de su época.  De manera coherente se dieron cuenta que criticar y hablar era fácil y lo difícil era realizar.  Así es que comenzaron a dirigir películas y crearon el movimiento cinematográfico más fresco de la historia que fue la Nouvelle Vague.  Películas originales que le dieron un soplo de aire nuevo a lo que se venía haciendo en el cine de esos años.

Del "palo" de las artes plásticas encontramos muchos directores.  Sus obras cinematográficas cargan las tintas en la construcción del espacio audiovisual.  Desde ahí enarbolan un universo que generalmente descansa y reposa en la organicidad de los elementos plásticos.

Muchos directores provienen de las aulas de diferentes carreras universitarias.  Ocurre a menudo que en el ambiente universitario se presta para la discusión y debate de ideas.  Es así que muchos se ven tentados de ponerse en el rol de directores de cine.  Cuando esto sucede sus películas "hacen agua por todos lados" porque carecen de herramientas válidas para poder estructurar una labor que requiere una preparación específica muy rigurosa.  Es muy diferente hablar sobre filmes que hacerlos.  Y cuando quieren realizarlos se notan las hilachas, lo hilos sueltos y los botones flojos.

Existen los directores que surgen de las escuelas de cine.  Esta cantera es la más acertada y justa.  Poseen las herramientas que se deben de tener desde pequeños y las van ejercitando en el transcurso de los estudios formales.  En teoría debieran ser los que mejor trabajen el lenguaje cinematográfico.  Los que más y mejores aporten hagan al lenguaje audiovisual.

El oficio de director de cine es muy tentador desde el ego.  Es “cool” decir que uno es director. Da ese toque de extravagante e intelectual que toda muchacha o joven quiere tener.  Si se acompaña con un par de anteojos es ideal para ser extravagante y ser centro de atención, sobre todo en lugares chicos y sin cultura de lo audiovisual.  El look es una cosa, el imaginario sobre lo que un director hace es otro.  En realidad el director es un trabajador más que debe tener aptitudes particulares y características especiales para poder manejar una multiplicidad de factores sin jamás tropezarse con su propio ego.