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Espectaculos

Emir Abdul reflexionó sobre su rol como formador de bailarines y respondió al hate que recibe en las redes

El bailarín y coreógrafo repasó su trayectoria, opinó sobre la exposición en Instagram y TikTok y adelantó sus próximos proyectos.

11/08/2024

A los seis años y casi por casualidad, Emir Abdul se subió al escenario del colegio a bailar y descubrió su pasión. Pasó algún tiempo hasta que empezó a tomar clases, pero a los 15 años ya estaba dictando las suyas. Jamás dudó de que iba a poder vivir del arte. Y aunque trabajó con estrellas consagradas, él no cambia por nada su rol de formar a bailarines y ayudarlos a sacar lo mejor de sí.

En diálogo con TN, el coreógrafo habló de sus inicios, repasó su trayectoria, reflexionó sobre el trabajo con artistas y el rol de formador y respondió al hate que recibe en redes sociales. Además, adelantó algunos de sus próximos proyectos.

Emir Abdul descubrió su pasión por el baile casi por casualidad. “Tenía 6 años. Había faltado un chico al festival de fin de curso y me anoté. Éramos varias compañeras y yo. Bailamos ‘Ojos así' de Shakira. Era un colegio de monjas y me acuerdo que cuando bajé del escenario, en la puerta de la iglesia, le dije a mi mamá ‘yo quiero ser bailarín cuando sea grande’”, recordó.

En ese entonces su mamá pensó que sería algo pasajero, pero su inquietud no cesó. “Pasaban los años y yo buscaba todo el tiempo qué era lo que podía hacer para seguir haciendo eso que me hacía sentir tan bien. Yo quería bailar. Y todo fue progresivo: a los 11/12 años empecé a tomar clases y a los 13/14 empecé a ir con mi madrina a convenciones de ritmos en la Argentina”.

Aunque él jamás dudó de que podría vivir del arte, al principio su familia tuvo cierta resistencia. “Yo empecé a preguntar y no hay artistas ni por parte de mi mamá ni por parte de mi papá. Pero nunca dudé en vivir de esto. Yo estaba seguro de que iba a dar clases en todos lados y sabía que nunca iba a dejar de bailar”, reveló.

Al respecto, reflexionó: “Muchas veces no es que las familias no apoyan, sino que tienen miedo de que a su hijo le vaya mal o no pueda lograr lo que siempre quiso. Siento que en el caso de mi familia fue así, pero hoy en día lo ven con orgullo”. “Hace poco tuvimos un evento en Uruguay, que gracias a Dios fue un éxito, y mi mamá me dijo ‘hijo, estoy muy orgullosa de vos’. Y yo me quedo con eso, con esas palabras hermosas de mi familia”, aseguró.

Fue a los 15 años cuando descubrió que esa pasión podía convertirse en su profesión. “Al tiempo que tomaba clases, empecé a ayudar a una de mis profesoras. Ella me dijo ‘vos tenés muchas condiciones, tenés que dar clases’”, señaló. Y remarcó: “Me acuerdo que era muy exigente. O sea, yo soy exigente conmigo y con los chicos, pero desde el lado de ‘sí ,se puede’. Ella me ponía a dar clases con 80, 90 personas, con la música altísima y me gritaba ‘No te escuchan. Hablá más fuerte’. Ahí fue como aprendí a nivelar clases para distintas edades y grupos grandes”.