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Revista

Los mimos comienzan por los pies

Masajear los pies es una técnica que ayuda a fortalecer las relaciones en pareja buscando los puntos de placer que se corresponden con los órganos sexuales o zonas erógenas del cuerpo humano.

24/03/2015

La planta de los pies es uno de los lugares menos explorados del cuerpo humano y que sin embargo contiene la mayor parte de los puntos reflejos de los impulsos sexuales. La reflexología podal no es un masaje erótico. Se requiere destreza a la hora de masajear y buscar los puntos a través de los cuales se reconozca el placer.

En el cuerpo humano encontramos más lugares con "puntos reflejos sexuales", como por ejemplo el iris de los ojos, las orejas o la lengua, cuya manipulación hacen que mejore la salud y se prevengan enfermedades según el Sistema Universal del TAO. La estimulación de estos puntos mejoran las relaciones afectivas e incluso llegan a salvar parejas cuyo sexo había decaído.

Los masajes realizados en las diferentes partes del pie y la presión ejercida en ellos hacen que se ejerciten los puntos sensoriales sexuales. Esta técnica no sólo se utiliza para mejorar el sexo, sino también para aliviar otros problemas, como reglas dolorosas e incluso eyaculación precoz.
Los lugares donde se localizan los puntos que conectan las áreas del pie con los órganos sexuales se encuentran en la parte inferior de los tobillos, tanto en el lado interno como en el externo, y también en la zona de los talones.

La energía curativa del amor y la reflexología

El origen de estas técnicas taoístas con más de 5.000 años de antigüedad proviene de Oriente, siendo China la cuna de todas ellas. Lo que tratan es de canalizar las energías del cuerpo para activar el deseo y el placer. La liberación de diferentes hormonas provoca esa felicidad necesaria, capaz de curar enfermedades y evitar otras. Es por este motivo por el que el TAO lo denomina "La energía curativa del amor" o el "Amor sanador".

No todo el mundo es capaz de realizar la reflexología sexual. Requiere de una preparación y conocimiento de las técnicas que a su vez se pueden realizar a solas o en pareja. Para empezar, hay que conseguir un equilibrio con el propio cuerpo, de manera que quién lo practique conozca los valores energéticos internos de sí mismo y su capacidad de proyección hacia la pareja o su propio placer. Para una mejor proyección se requiere la observación del cuerpo de la otra persona, poniendo especial hincapié en los genitales de esta por una simple razón: los puntos reflejos más potentes del cuerpo se encuentran en el pene y la vulva.

En el caso de las mujeres el ejercicio comienza por fortalecer su suelo pélvico a través de los ejercicios de Kegel. Pequeñas contracciones realizadas con los músculos de la vagina que fortalecen la circulación sanguínea y la oxigenación del cuerpo, mejorando a su vez la salud de otras partes del cuerpo como el riñón o la vejiga.

Si bien es conocida la utilización de las bolas chinas como complemento de los ejercicios de suelo pélvico, el taoísmo utiliza huevo de jade, también llamado la "Sonrisa interior". También usa cuarzo rosa. Una vez que se introducen dentro de la vagina se juega con ellos a subir y bajar de modo que se fortalece la zona y se liberan tensiones.

Contraindicaciones

Hay que matizar que esta técnica no genera placer en sí misma, pues lo que hace es preparar cuerpo y mente y coordinarse para disfrutar de las relaciones sexuales una vez encontrado el equilibro y liberado las tensiones del cuerpo que impedían disfrutar del sexo.

También hay que destacar que la reflexología podal no es un sustituto de la medicina tradicional, sino un complemento que mejora los tratamientos ordinarios. No se recomienda realizarla a mujeres embarazadas, personas con herpes u hongos en los pies o aquellos que sufren enfermedades de corazón.