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La sequía complica la economía chaqueña y afecta la producción de ladrillos

Según se informó, se redujo a la mitad la elaboración de ladrillos en la vecina provincia.

01/02/2023

Los efectos de la sequía provocan también inconvenientes en el sector ladrillero que por la faltante de agua, se estima, redujo un cincuenta por ciento la producción de adobes, impactando negativamente en una economía frágil pero que genera mucha mano de obra.

"En toda la provincia la seca está causando serias complicaciones al productor de ladrillos ya que no se consigue agua, un ingrediente esencial para la producción de los adobes", mencionó Oscar González, presidente del consorcio de ladrilleros de Presidencia Roque Sáenz Peña. La imposibilidad de hacerse de agua paró la fabricación de ladrillos, estimándose que la reducción alcanza el cincuenta por ciento "lo que no queda expuesto porque en la época vacacional se paralizan la mayoría de las obras privadas y, en consecuencia, la demanda disminuye".

Las ladrillerías que están trabajando ‘tienen enormes dificultades para producir porque no consiguen agua‘. La necesidad de producir los lleva a recorrer las represas que existen en la zona urbana, como la del Tiro Federal o en la zona del barrio Matadero y Pampa Napenay "que en el fondo tienen aún un poco de líquido". "La provisión se dificulta debido a que es necesario pagar camiones para el traslado, ya que los ladrilleros no contamos con tanques y la logística tiene hoy un costo muy elevado que se hace casi imposible afrontar porque las ventas disminuyeron", refirió "Miski" González.

En la búsqueda de opciones para hacerse del componente líquido, con la colaboración de la Administración Provincial del Agua, los trabajadores del ladrillo bajaron la opción de las de perforaciones que finalmente no resultó una opción válida. "No dio resultado ya que por el arrastre de años de sequía las napas han bajado demasiado y la búsqueda de agua subterránea que se hizo en Sáenz Peña no fue fructífera", explicó González.

El intento de solución ofrecido ahora por la APA, si las lluvias no aportan el agua necesaria, es "realizar una perforación por consorcio pero de un diámetro mucho mayor con el propósito de sacar caudal". El principal inconveniente en la provisión es que "un ladrillero necesita mucho del líquido elemento para la fabricación de los adobes". "Una ladrillería que tenga un pisadero para veinte mil unidades necesita de veinte mil litros de agua toda junta y una perforación de caños de 110 milímetros no puede aportar todos esos litros juntos",  detalló el referente de los ladrilleros saénzpeñenses. El problema adicional que acarrea el agua de perforación es que "el ladrillo obtenido no es de la mejor calidad".

"La solución segura es que llueva, de lo contrario estaremos cada vez más complicados", remarcó Oscar "Miski" González. Los daños provocados por la falta de lluvias impactan de lleno en las economías de los productores ladrilleros, una actividad que está encuadrada dentro de la economía popular, ‘pero debería ser considerada una industria".

De acuerdo a lo publicado por Diario Norte, la poca o nula producción implica que muchas familias se encuentren con la caida o ausencia de los ingresos para mantener el hogar. "De alguna forma uno se las rebusca para juntar para pagar la luz y los gastos de la casa, pero la muchachada que trabaja como golondrina y anda de ladrillería en ladrillería pidiendo un corte, un banqueteo o una quemada se encuentra hoy sin nada para hacer", indicaron los ladrilleros del centro chaqueño.

El adobe genera "que mucha gente viva de la actividad y en este tiempo, con el sol a pleno, si se tendrían todas las herramientas, la demanda de trabajadores captaría mano de obra desocupada".

La demanda tiene una merma en los meses de receso por vacaciones de verano, pero el período igualmente podría ser aprovechado para acumular stock ya que es el mejor momento para la fabricación de ladrillos de calidad.

"El sol, que es un inconveniente para la vida diaria, para el adobe es ideal y las unidades saldrián con una excelente calidad si tuviéramos todos los medios que nos hacen falta para producir, entre ellos el esencial elemento que es el agua", sintetizó González.

El implacable astro rey resulta que es de óptima ayuda para la producción de las ladrillerías ya que "un adobe cortado por la mañana para las primeras horas de la tarde ya está seco, listo para apilar". En época invernal, "desde abril en adelante, son cuatro o cinco días que el productor necesita esperar, si no es más cuando las jornadas se suceden con lluvia o llovizna".

"El sol que para muchas otras producciones es perjudicial, para nosotros es la mejor herramienta para añadir calidad al producto final, pero lamentablemente no tenemos producción para secar", acotó finalmente Oscar González, presidente del Consorcio de Ladrilleros de Presidencia Roque Sáenz Peña.

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