Las bajas temperaturas pueden tener efectos adversos en la salud de las personas, especialmente en los grupos más vulnerables como los chicos, los adultos mayores y las personas con enfermedades crónicas.
En las personas mayores la exposición al frío extremo por tiempo prolongado puede aumentar la presión arterial y el riesgo de eventos cardiovasculares, hipotermia o agudizar dolores articulares.
Los consejos esenciales que acerca el doctor Rodrigo Mauna (MN 144.722), experto en Clínica y Adultos Mayores, son los siguientes:
Independiente de la edad, en aquellas personas que padezcan enfermedades crónicas como asma y otras patologías respiratorias, el aire muy frío puede desencadenar crisis asmáticas y cuadros respiratorios agudos, por lo que se recomienda cubrir pecho, cuello, boca y nariz utilizando bufandas para salir al aire libre.
Abrigarse bien, ¿nos protegerá de los resfríos?
No siempre abrigarnos bien nos protegerá de los resfríos ya que, aunque es cierto que, si tenemos menos frío nuestras defensas funcionarán mejor, si estamos en interiores, sin pasar frío y en contacto con virus, poco nos protegerá un buen sweater.
De hecho, ir demasiado abrigado puede llegar a ser incluso contraproducente: “Es necesario abrigarnos para protegernos del frío, pero un exceso de abrigo puede provocar sudoración, lo que se traduce en un cambio brusco de temperatura y, por tanto, resultar perjudicial”, aclara Cristina Fernández, farmacéutica del Centro de Información del Medicamento (CIM), de España.