Se vivió un momento de tensión en Avellaneda tras el enfrentamiento entre dos facciones.
La violencia entre las facciones de la barra brava de Independiente volvió a hacer ruido este viernes, cuando se registró un tenso cruce entre los líderes de los dos principales grupos en la sede social del club.
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El incidente, que quedó capturado en un video y se difundió rápidamente en redes sociales, protagonizado por David Caña, líder de la facción disidente, y Mario Nardalich, jefe de la hinchada oficial, refleja la creciente disputa por el poder dentro de la barra.
Caña, quien representa a "La Gloriosa Banda de Independiente" (LGBDI), se presentó solo en la sede con el propósito de desafiar a Nardalich, líder de "Los Dueños de Avellaneda". En un acto de provocación, Caña escupió dos veces a su rival y lo desafió a una pelea a golpes de puño.
A pesar de la agresión, Nardalich no respondió, lo que dejó el incidente en una confrontación verbal que, aunque tensa, no pasó a mayores. El cruce fue grabado por los involucrados y se viralizó rápidamente en las redes sociales, lo que amplificó la tensión entre las dos facciones.
Este episodio refleja la creciente polarización dentro de la hinchada de Independiente. Desde finales de 2023, las disputas entre los distintos grupos de barras se han intensificado.
El enfrentamiento público comenzó con un incidente en el estadio, durante un partido contra Unión de Santa Fe, cuando la facción disidente arrojó objetos a la tribuna rival. La violencia escaló rápidamente, con intentos de confrontación fuera del estadio y enfrentamientos en varios puntos de la ciudad, como el tiroteo en la parrilla "El Tano" de Wilde. Aunque las autoridades de seguridad, como la Aprevide, intentaron aplicarles el derecho de admisión a los miembros de la barra disidente, las provocaciones y la violencia no cesaron.
El conflicto también se trasladó fuera de las fronteras argentinas. En enero, en un partido amistoso en Montevideo contra Defensor Sporting, la facción disidente logró tomar la tribuna popular con el apoyo de la barra de Nacional, lo que provocó un retraso en el inicio del partido debido a los enfrentamientos con la facción oficial. La barra disidente consiguió así ganar terreno, pero la situación no hizo más que agravar la rivalidad entre los bandos.
En paralelo, la dirigencia del club, liderada por Hugo Moyano, ha mantenido una alianza con la facción oficial, lo que ha alimentado aún más el descontento de los grupos disidentes. La creciente violencia, las amenazas y los enfrentamientos directos entre los barrabravas han sido ignorados en gran parte por la dirigencia y la policía, que, según denuncias, han facilitado el control de la barra oficial en detrimento de los opositores.
Esto ha permitido que los líderes de "Los Dueños de Avellaneda" sigan controlando el poder dentro de la hinchada, mientras que Caña y su grupo disidente intentan desafiar ese dominio.
El video del enfrentamiento en la sede social, donde Caña y Nardalich se filmaron mutuamente, no solo dejó al descubierto la violencia que se vive dentro del club, sino también la descomposición del ambiente en el que se mueven las barras. La situación se ha vuelto insostenible, y la dirigencia del club no ha tomado medidas firmes para erradicar la violencia.
Mientras tanto, el clima de inseguridad y tensión crece a medida que se acerca el próximo partido de Independiente contra Gimnasia, un encuentro que podría marcar un punto de inflexión en la lucha por el control de la hinchada.
La policía ha preparado un operativo especial para el partido, ante la posibilidad de nuevos enfrentamientos. Sin embargo, la pregunta que persiste es si realmente se tomarán acciones efectivas para resolver el problema de las barras bravas en Independiente o si este tipo de incidentes seguirán siendo parte de la historia del club.
En un contexto de creciente violencia, muchos se preguntan si será posible restaurar la paz dentro de una institución marcada por el poder de los barrabravas.