El psicólogo Leandro Peiretti, analizó en Canal 7 el resonante caso de la ex Bandana. Advirtió sobre los mecanismos de dependencia emocional y la necesidad de una intervención temprana para proteger a las víctimas de violencia de género.
En diálogo con Noticiero 7, el psicólogo forense Leandro Peiretti brindó un análisis sobre el caso de Lourdes, la artista de Bandana, y explicó las complejidades psicológicas que atraviesan las víctimas de violencia de género.
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“En principio hay que ser cautos, porque la investigación recién comienza”, aclaró el especialista. Sin embargo, remarcó que los daños psíquicos que deja la violencia de género son muy profundos y pueden derivar en cuadros psicopatológicos.
Peiretti explicó que las víctimas suelen desarrollar una dependencia emocional con el agresor, acompañada de una autoestima degradada. “Es común que terminen defendiendo a quien las lastima, porque sienten que lo necesitan. Esa es una de las trampas más crueles de la violencia”, sostuvo.
Además, señaló que en muchos casos el agresor busca aislar a la víctima, cortando sus lazos sociales y afectivos. “Cuando la persona se queda sola, el agresor gana terreno. Hay menos señales de alerta y menos gente que pueda intervenir”, destacó.
El psicólogo subrayó que las consecuencias de la violencia no son solo físicas, sino también psicológicas y sociales, y pueden derivar en ansiedad, dependencia de sustancias o conductas defensivas agresivas. “Algunas víctimas, por supervivencia, desarrollan respuestas violentas. No porque sean agresoras, sino porque aprendieron que es la única manera de defenderse”, explicó.
Peiretti insistió en la importancia de no juzgar a las víctimas y de acompañarlas con una red interdisciplinaria. “El entorno debe pedir la intervención de la ley, porque muchas veces la víctima no logra dimensionar el peligro que corre. La denuncia es el primer paso para protegerla”, afirmó.
Finalmente, remarcó la necesidad de un trabajo conjunto entre la justicia, la psicología, la psiquiatría y los trabajadores sociales para contener y asistir a las personas que atraviesan este tipo de situaciones. “El poder del agresor se fortalece cuando la víctima se queda sola. Por eso, la intervención del entorno y de la justicia es clave para romper el círculo de la violencia”, concluyó Peiretti.