Detectado en julio de 2025, se trata del tercer objeto interestelar confirmado en nuestro sistema solar.
El cometa 3I/ATLAS fue detectado el 1 de julio de 2025 por el telescopio ATLAS en Chile, marcando el tercer objeto interestelar confirmado en el Sistema Solar después de 1I/Oumuamua en 2017 y 2I/Borisov en 2019.
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Su núcleo, estimado en 20 kilómetros de diámetro y con una masa aproximada de 33.000 millones de toneladas, lo convierte en el objeto interestelar más grande registrado hasta la fecha. Con una velocidad de 210.000 km/h y una órbita hiperbólica, 3I/ATLAS atraviesa nuestro sistema como un visitante de otra galaxia.
Además de su tamaño y rapidez, el cometa presenta composición química inusual, con abundancia de níquel y compuestos industriales, y una proporción de agua muy baja (4%). Su edad estimada de 10.000 millones de años lo convierte en una cápsula del tiempo de la Vía Láctea primitiva.
El seguimiento del cometa se ha realizado mediante telescopios terrestres y espaciales, incluyendo el Hubble, y a través de plataformas como Eyes on the Solar System de la NASA y The Sky Live, que permiten observar su posición y trayectoria en tiempo real. Para diciembre de 2025, se espera que pase a 270 millones de kilómetros de la Tierra, sin riesgo de impacto.
El astrónomo Abraham Loeb, de Harvard, ha destacado varias anomalías en 3I/ATLAS, como la formación inicial de una anticola hacia el Sol, la alta velocidad combinada con su gran masa, y su trayectoria alineada con el plano de la eclíptica. Según Loeb, estas características podrían sugerir un origen tecnológico, aunque reconoce que la explicación más probable sigue siendo natural.
Por su parte, el astrónomo argentino Diego Bagú aclaró que todas las peculiaridades observadas son consistentes con la naturaleza de los cometas interestelares. Explicó que la formación de la anticola y el comportamiento de su velocidad se deben al efecto del viento solar y la tracción gravitatoria del Sol, mientras que la composición química refleja su origen en otra región de la galaxia.
Aun así, 3I/ATLAS sigue siendo un objeto de gran interés científico, ya que ofrece una ventana única para estudiar el universo primitivo y los procesos que dieron forma a la Vía Láctea. Su aproximación a los planetas interiores, su masa colosal y su comportamiento dinámico lo convierten en un laboratorio móvil para la astronomía.
Aunque la mayoría de los astrónomos coinciden en que 3I/ATLAS es un cometa natural extremadamente raro, su estudio recuerda que el universo aún guarda secretos sorprendentes, capaces de desafiar nuestra comprensión sobre los objetos interestelares y la posibilidad de inteligencia más allá de la Tierra.