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Revista

¿Te olvidaste de todo lo ocurrido durante tu última borrachera?

¿Qué pasó anoche? Y lo peor, ¿hice algo de lo que me pueda arrepentir? Tantas preguntas sin respuesta...

03/11/2016

Una de las peores cosas que ocurren cuando bebes mucho es que al día siguiente olvidas todo lo sucedido. Olvidas lo que pasó, lo que hiciste y hasta cómo llegaste a tu cama. Le das vueltas y vueltas a tu resaca, pero nada, tu mente ha decidido olvidar esa parte de tu vida tan importante. Tus amigos te van contando cosas para que vayas recopilando recuerdos pero resulta imposible completar esa noche. Y todo porque a tu mente no le da la gana, o eso crees tú.

La explicación de esta amnesia repentina, de estos olvidos es más simple de lo que crees. Y todo tiene que ver, cómo no, con el exceso de alcohol. Digamos que tus neuronas no se llevan demasiado bien con las bebidas espirituosas.

En inglés a este fenómeno se le conoce como blackout que podría ser traducido como apagón de memoria. Su significado podría ser algo así como la incapacidad que tiene nuestro cerebro de recopilar los recuerdos tras una noche de fiesta y desenfreno. Llega un momento en el que tu mente al ver la cantidad de alcohol ingerido decide poner el standby y dejar de grabar nada.

¿Cómo afecta el alcohol a nuestro cerebro?

Pero bueno, todo esto tiene una explicación más científica que muestra lo que el alcohol hace a tu cerebro. Cuando consumes bebidas alcohólicas estas sustancias interfieren con los receptores en el hipocampo los cuales se encargan de transmitir el glumato, un compuesto que se encarga de enviar información entre las neuronas.

En un lenguaje más básico, podría decirse que el alcohol provoca que tus neuronas no se puedan comunicar con normalidad afectando a la potenciación a largo plazo, un proceso clave para que nuestro cerebro pueda aprender y retener recuerdos. Es decir, al cargarte la comunicación entre neuronas bebiendo alcohol, haces imposible que tu mente pueda recordar nada.

Al final, el efecto que el alcohol provoca sobre nuestra mente es similar al de la amnesia. Pero mientras que la amnesia se genera por la incapacidad de nuestro cerebro de mantener los recuerdos, el apagón es provocado por motivos externos.

En este caso este tipo de apagones se provocan por la intoxicación extrema a la que se enfrenta nuestro cerebro. Una intoxicación que también es la culpable de las locuras que hacemos cuando vamos borrachos al perder gran parte del raciocinio por culpa del alcohol.

Al detectar tal grado de intoxicación, nuestra mente prioriza los asuntos esenciales como es respirar, hablar, comer o seguir bebiendo por encima de otros como el de recordar lo que estás haciendo. Sí, lo de recordar es un asunto secundario cuando se trata de sobrevivir a una borrachera, según nuestro cuerpo.

Tipos de apagón y cómo evitarlos

No todos los apagones de memoria son iguales. Hay borracheras tras las cuales solo olvidas ciertos momentos o situaciones y otras tras las que olvidas todo. Es la diferencia entre apagón en bloque y apagón fragmental.

La diferencia suele situarse en el nivel de alcohol ingerido y el estado en el que acabes llegando a casa. Por eso es bueno seguir consejos básicos para evitarlos, empezando por lo obvio: si no bebes nunca te pasará.

Pero bueno, si ya te has puesto a ello y quieres evitar este calvario del olvido lo mejor es que comas mucho mientras bebes. Cuanto más comas menos alcohol tendrás en sangre y menos intoxicado estará tu cerebro por lo que le será más fácil eso de recordar.

Beber despacio también puede ser una gran ayuda ya que el alcohol se repartirá mejor por nuestro organismo y será más difícil que colapse tu cerebro. Vamos, la clave está en cuidar un poquito tu mente y hacer caso a tu raciocinio antes de que eche el cierre por inundación.