La joven cantante falleció hace un año. Dejó un legado importante a pesar de su corta carrera, que estuvo signada por los escándalos, debido a su conducta excéntrica y sus adicciones al alcohol y las drogas.
"Quiero que las personas escuchen mi voz y olviden sus problemas por cinco minutos", escribió Amy Winehouse a los 12 años, mientras buscaba una beca en la Escuela de Teatro de Sylvia Young. Su sueño se volvió realidad, pero infelizmente no vivió lo suficiente para disfrutar de todo lo que conquistó.
Controvertida, carismática y tímida, la judía británica que logró fama mundial por su singular voz y talento único, se destacó también por una vida llena de polémicas personales. Hoy, un año después de su muerte, su mayor legado sigue siendo estos minutos en que sus incomparables cualidades vocales nos hace "olvidarnos de nuestros problemas".
Nacida en la capital británica a mediados de los años ochenta, desde muy temprano mostró un temperamento difícil. Hija de un conductor de taxi y de una farmacéutica, ambos aficionados al jazz, tenía desde los nueve años el objetivo de "ser famosa" a través de la música. Por lo menos eso fue lo que escribió para ser aceptada en la escuela de teatro, de la que fue expulsada al año siguiente por hacerse un piercing en la nariz.
Durante su adolescencia, tras el divorcio de sus padres, empezó a buscar su independencia mudándose a un barrio bohemio de Londres, cantando en bares de jazz, descubriéndose como mujer y como artista. "Todos los que escuchaban a Amy, sabían que ella iba se iba a convertir en una estrella", afirmó un amigo que convivió con ella estos primeros años. Tenían razón. En 2003 lanzó su primer álbum.
Frank (el nombre fue un homenaje a Frank Sinatra, a quien su padre admiraba) mostró a los críticos británicos que una nueva diva del soul y jazz estaba lista para conquistar el mundo. Así fue. Su segundo álbum, Back to Black (2006), le dio fama como una de las mejores cantantes de siglo. Con este disco, Amy conquistó cinco premios Grammy y salió de gira por todo el planeta.
Sin embargo, el motivo de su éxito, fue también la razón de su desgracia. Como decía la cantante, "necesito tener problemas para sentir mi fuerza creativa". La dependencia a las drogas y las relaciones complicadas fueron las que la llevaron a crear canciones magistrales, pero también a una ruina personal que culminó en su muerte a los 27 años.
Alternando períodos de anorexia y bulimia, bebiendo cada noche y saliendo sin parar, Amy parecía alimentarse de su propia decadencia. Lo que empezó como una diversión durante su adolescencia, se convirtió en el blanco de los paparazi, que exhibían a todo el mundo las desgracias de una vida descontrolada.
El último escándalo que protagonizó, tuvo lugar apenas cinco días antes de su muerte. En un concierto en Belgrado, Serbia, realizó una presentación que sus fans catalogaron como "desastrosa y escandalosa". La cantante subió al escenario completamente afectada por los efectos de las drogas, lo que la obligó a cancelar el resto de los conciertos programados por Europa.
Menos de una semana después, el 23 de julio de 2011, Winehouse fue hallada muerta en su apartamento en la capital británica. Una autopsia confirmó, tres meses después, lo que todos ya imaginaban: la causa de la muerte fue la ingesta de una gran cantidad de alcohol.
Un año después del trágico día en que el mundo perdió una de las mayores cantantes de todos los tiempos, el recuerdo que permanece es el de una niña excepcionalmente talentosa, que buscaba a través de las drogas esconderse de una realidad que no siempre la agradaba. Sin embargo, sus angustias permanecen sonando melodiosamente en nuestra memoria, rememorándonos que el precio de la fama a veces es más que alto.