Un planteo fue rechazado porque, según los jueces, su texto no se ajustaba a la dignidad y el respeto que merece la Justicia.
El Tribunal de Apelaciones del Trabajo de Uruguay consideró que no estaba para descifrar “acertijos” lingüísticos y, en virtud de ello, dispuso el rechazo del recurso que había presentado Pablo Andrada, abogado de la Comisión de Apoyo de la Administración de los Servicios de Salud del Estado. La sentencia ratifica la condena a pagar 342.074 pesos uruguayos (equivalentes a casi U$S 12.000) a una trabajadora del organismo público. El pronunciamiento dice que el planteo resultaba incomprensible, además de que contenía faltas ortográficas garrafales: según los jueces, el texto no se ajustaba a la dignidad y respeto debidos a la Justicia.
La sentencia indica que Andrada cometió 100 errores en las 11 páginas que escribió. Entre ellos, consignó “espresa” (por “expresa”), “desarroyo” (por “desarrollo”), “ubiera” (por “hubiera”), “estubiera” (por “estuviera”), “quizo” (por “quiso”), “abaló” (por “avaló”), “extructura” (por “estructura”) y “digimos” (por “dijimos”). “El escrito de apelación presentado resulta absolutamente inentendible, y está plagado de faltas de ortografía garrafales; de errores de sintaxis y de tecleo, y de excesivo uso de abreviaciones con incoherencias absolutas, con un lenguaje inapropiado”, afirma el fallo firmado por unanimidad, según el diario uruguayo “El Observador”.
El pronunciamiento considera que las faltas de ortografía, los errores de sintaxis y el empleo abusivo de abreviaturas no hacían sino indicar que el impugnante había presentado “un borrador”. “Ni siquiera revisó (su texto), y sometió al tribunal y a su contraparte a un ejercicio de develación de un acertijo supuestamente argumentativo”, agrega.
La noticia publicada en “El Observador” informa que el recurso también presentaba errores de tipeo que denotan que el abogado había querido escribir una palabra y terminado tecleando otra. Además, el escrito de Andrada cuestiona que la Justicia de primera instancia hubiera dictado una “sentencia imparcial”, a lo que el Tribunal de Apelaciones contestó: “aparentemente pretenden que las sentencias sean parciales”. (Especial)