La joven condenada a perpetua por el crimen de Fernando Pastorizo, subió a su Facebook fotos con su nueva amiga, y posteó: “hermana de otra vida”.
Nahir Galarza pasó del flash de su celular en una celda iluminada a la oscuridad monótona de un calabozo. De la exposición de su Facebook al castigo y la incomunicación.
Las autoridades de la Unidad Penal de Mujeres Número 6 de Paraná, Entre Ríos, la sancionaron después de que subiera con un celular fotos suyas a su cuenta con la leyenda “Cumpliendo la maldita condena”.
Pero, además de su sonrisa, en las imágenes surge una revelación: la acompaña una joven a la que Nahir, de 20 años, define como S.L., “hermana de otra vida”.
Se trata de Soledad Yanina Lescano. El delito por el que está presa es aberrante: está acusada junto a su ex pareja, Miguel Angel Cristo, por el crimen de Nahiara Cristo, su hijastra de dos años.
Lescano está presa en el mismo pabellón que Nahir. Gozaba de prisión domicilaria con una tobillera electrónica porque tiene cuatro hijos y además estuvo en silla de ruedas un tiempo por las secuelas de una cesárea. Pero se la revocaron porque salió de su casa. Según ella, para denunciar por violencia de género al garante de su beneficio judicial, un hombre que sería su nuevo novio.
Desde que está en la cárcel de Mujeres de Paraná, Nahir y Lescano se volvieron amigas. “Hermana de otra vida”, la definió Nahir en Facebook y escribió: “Creen saber lo que nos pasó porque conocen nuestra condena (social) pero no nuestra historia. Hablar van a habla igual”.
“Son como compañeras del sufrimiento”, definió un allegado de Nahir.
“Las dos sufrieron violencia de género y se sienten identificadas, Nahir no cree que ella lastimó a la criatura”, dijo la fuente.
Nahir y Soledad comparten, además, la afición por las cuestiones esotéricas. La creencia en vidas pasadas, los sueños telepáticos, las causalidades. A las dos les gusta la astrología. “De ahí a que Nahir la llame hermana de otra vida”, dice el allegado de la joven.
Nahir cumple condena a perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo, a quien mató de dos balazos con la pistola 9 milímetros de su padre el 29 de diciembre de 2017.