Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro dirigen esta original cinta sobre un grupo de combatientes de bandos rivales huidos de la Guerra Civil que deben hacer frente a unos adversarios mucho más peligrosos: ¡zombis!
Por Roger Salvans
Para Fotogramas
En otoño de 1981 un arqueólogo intrépido nos descubrió que la aventura tenía un nombre. Dos décadas después, en octubre de 2020 y en la inauguración del 53º Festival de Sitges, adivinamos que podía tener también apellidos: Ruiz Caldera y De Toro. El dúo de directores de este lúdico, explosivo y desacomplejado cóctel de géneros que con una base de Berlanga; los cuerpos narrativos, incorruptos claro, de Romero y Carpenter, y un sentido del espectáculo –y la administración de dispositivos– ‘indianajonesco’, hace volar por los aires todas las expectativas. ¿Otra película española sobre la Guerra Civil? Otra, sí, pero una que dispara a los sesos a todas las convenciones.
Adaptación de 'Noche de difuntos del 38', de Manuel Martín, 'Malnazidos' se apoya en una lograda recreación histórica –la contienda, los bandos, las ideologías– para jugar con las convenciones de las hazañas bélicas, la comedia de acción y el cine de aventuras sin perder nunca de vista que la batalla se da en el frente del terror: cuando los zombis entran en escena, las risas se esfuman. Cinta que supura pasión por el pulp (ahí están sus mad doctors, laboratorios subterráneos, o esos nazis haciendo cosas nazis) y armada con un puñado de set pieces que empujan el avance de la trama (el asalto al refugio, el flashback nupcial), su fórmula secreta se esconde tras los rostros, y corazones púrpura, de su patibulario grupo salvaje: los violentos de Jan, un ‘errolflynnesco’ Miki Esparbé, capitán de una brigada en la que todos sus integrantes consiguen su momento de gloria.