Santiago del Estero, Viernes 26
Abril de 2024
X
Opinión y Actualidad

Miopía focal y astigmatismo sentimental

En algún punto, en algún espacio del infinito cercano, todos somos puerta y puente de algo o de alguien. Ese punto es infinitesimal, es exacto, es preciso, como una canción que sale de algún dispositivo en un momento dado y queda marcada para siempre y no se puede volver a escuchar o se debe escuchar todo el tiempo a partir de ahí.

05/06/2023

Por Lic. Gabriel López Pepa (*)

¿Cuándo es que la miopía focal nos nubla el pensamiento? ¿O es que el astigmatismo sentimental frena al consiente y hace posible la futura ceguera en el amor? “Amor de mi vida” ¿A dónde? El amor de nuestra vida es un instante, ese amor de la vida entera es un momento es una condición del ser en este tiempo y espacio dado y determinado por factores.

A los que nos interesa reflexionar permanentemente sobre estas cuestiones (porque el amor nos mueve y apasiona) nos encanta lo trágico y lo cómico también, porque la tragedia cómica es un complemento de la vida en sí y los sentimientos sin tragedia parecerían no tener o encontrar tal sentido.

La miopía focal comienza en el astigmatismo sentimental de creernos infinitos en el tiempo, de pensarnos siempre amados, de creernos perfectamente incondicionales, cuando en realidad somos perfectibles pero obtusos en cuanto a lo inconmensurable.

Es entonces que ese astigmatismo (sentimental y profundo) nos tapa la vista como aquel abrigo que compramos sin pensar y después nos arrepentimos cuando llega la cuenta de la tarjeta, es que el amor pasa facturas, aunque no sea una agencia fiscal.

La cuestión impositiva en el amor tiene que ver con el hecho de no darnos cuenta de que en todo acto de “don y contra don” existen intereses, “IVA” celoso y mal remunerado pero cobrado al fin de cuentas.

La proximidad con experiencias nos desboca y nos devela la realidad que a veces no queremos o no podemos ver y esa es la realidad que en definitiva tendríamos que visualizar, pero ya es tarde, estamos ciegos.

La pasión encarnizada en un hecho que se hace “cosa” concreta para nosotros en el inconsciente y el consiente parece no respetar las decisiones sinceras y positivas e interpela constante y permanentemente y dice: - “no veas lo malo”.

Tampoco es que haya algo malo en el amor, no es del todo así, pero si sería útil preguntarnos y reconsiderar al amor romántico o romantizado como una percepción oscura que no debemos tener de nuestra realidad in situ.

La cosmovisión que formamos en un mundo totalmente romantizado de cosas, es aquella que desde hace siglos porta y aqueja a la sociedad porque ésta es sui generis a nosotros (ya estaba cuando llegamos) y va seguir cuando nos vayamos.

El astigmatismo está siempre presente, estuvo dentro de una cosmovisión del mundo como mundo creado por dioses mitológicos y está presente hoy con misticismos mesiánicos (porque no es que solo nos enamoramos de personas, sino también de ideas).

Ese amor hacia una idea que se transforma en el amor a una “cosa” (entiéndase cosa como aquella cosa objetivada que en realidad es subjetiva y abstracta) es aquella que queremos tener para siempre en nosotros mismos y en nuestras vidas.

Existen figuras nunca olvidadas, amadas y odiadas, pero nunca olvidadas. “Odio quiero más que indiferencia, porque el rencor hiere menos que el olvido”, reza una famosa canción del autor Dyango. ¿Es que es preferible que te odien a ser olvidado en el tiempo y el espacio?

Puente somos (cuando queremos) y puerta también podríamos ser siempre, el tema reside en si está abierta o cerrada las oportunidades o posibilidades que la vida plantea.  Lo complejo, lo absurdo y lo abstracto, lo que hace atractivos estos párrafos que escribo, lo que puede hacer absoluto lo relativo.

Nuestra existencia se termina, en un instante y pretendemos así, bajo esa condición del ser, tener amores de la vida entera. “La fe mueve montañas” y esa fe no es religiosa solamente, está impresa en todo acto que nosotros queremos que sea así, que salga de determinada forma.

La fe puede ser una forma de astigmatismo sentimental que se transforma en ceguera, puede ser dije hace un momento, no afirmé que lo sea. Pero ¿Por qué creer sin ver? ¿Por qué no?

Podemos creer ciegos y no por eso ser fanáticos, en política, en la vida, en el amor, en la guerra, en todos lados. La creencia nos hace fuertes, nos ata y nos libera, nos constriñe, pero también nos es útil para escapar.

Escapamos siempre hacia espacios de delirio donde generamos compartimentos cómodos. Lo bueno que tenemos como seres humanos es que podemos inventar mundos. Lo fantástico de la imaginación está dado por plasmar lo imposible y utópico.

Perecemos en alguna parte, pero no en todas partes, morimos en algún tiempo, pero no todo el tiempo y no en todo tiempo. Es que aquello que no puede ser aquí, puede ser allá, en otro espacio. La creencia soberbia de creer que solo existimos nosotros en este mundo es absurda.

Existen libros que relatan sobre viajes (no en el tiempo) sino viajes entre capas de nuestra propia vida. En esos viajes los migrantes de tanto buscar la perfección se dan cuenta de que no existe, pero si existe la capacidad de aceptación, de perdón.

Conocemos después de poseer astigmatismo sentimental y recaer en una miopía focal ese poder impresionante de perdonar, de levantarnos, de aceptar al otro/a, de recordar sin rencor y de sincerar nuestro tiempo.

¿Podremos pasar la barrera del astigmatismo? No es sea negativo, no es que mi visión sea sesgada por algo u/o obnubilada por alguna cuestión. Es que en realidad he perdonado, he aceptado y he viajado en otros espacios hacia otros tiempos.

Para viajar entre capas de nuestra propia existencia terrenal no es necesaria ningún dispositivo cual si fuera el de la serie “Dark” en una caverna o cueva en el bosque. Tan solo necesitamos meditar, pensar, reflexionar sobre la propia existencia y coexistencia con esos otros que son amores de la vida en muchos tiempos y espacios, pero no en el propio nuestro de ahora.

En otro lugar somos felices juntos no tengo ninguna duda, en otro espacio seremos o estamos más que ensamblados. En definitiva, si en otro tiempo somos felices es que no es posible pasar la barrera del astigmatismo.

El astigmatismo y la miopía estarán presentes en algún tiempo y espacio y eso los hará eternos en nuestra existencia, en su existencia y en la mía propia también. No es negativo, es sincero, es un pensamiento que trata de unificar algo que se piensa.

En definitiva, la visión que tenemos del mundo no es la que es, sino que es otra (no puedo determinar todavía cual es) ¿Podrían decirme cual se imaginan que es?

Yo creo que luego de leer esto, seguramente podrán decirme algo o reflexionar sobre alguna cuestión particular que los esté aquejando o porque no también conteniendo.


* Lic. En Sociología (FHCSyS-UNSE) Coordinador Editorial Revista Estado y Sociedad (CEDEP-FHCSyS-UNSE) Investigador. Escritor. Miembro Comisión Directiva SADE.