Taika Waititi explora en "El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)" la historia real de la selección de fútbol de Samoa Americana, derrotada 31-0.
Por Ricardo Rosado
Para Fotogramas
Enamorados del documental de Mike Brett y Steve Jamison que, en 2014, narró la historia de cómo un entrenador holandés terminó encargándose de la selección de fútbol de Samoa después de perder 31-0 en un partido oficial, Taika Waititi decidió ficcionar aquel suceso con una película de superación que, con la Samoa Americana como inmejorable telón de fondo, nos mostrase a un desquiciado urbanita siendo embaucado por el contagioso modus vivendi isleño. Un crowdpleaser aparentemente sencillo, con superación personal y hazaña deportiva noventera como pilares fundamentales, ¿qué podía salir mal?
Parece obvio que esa era la intención tras de este amigable desbarajuste narrativo en el que un perdido Michael Fassbender, protagonista del relato, desconoce en qué momento del arco de su personaje se encuentra en cada escena de una película incapaz de concentrarse. Los cuatro montadores que han trabajado en la edición podrían explicar su apariencia de pila de ideas surgidas tras una primera reunión improvisada, pero la incapacidad de Waititi por encontrar un tono homogéneo obliga a echar la vista atrás: este desastre empezó en momentos más tempranos de la producción.
A ratos deliciosamente absurda, a ratos inexplicablemente comedida, las escenas avanzan sin que logremos saber ante qué tipo de cuento estamos. Por suerte, su bondadoso encanto logra que, en el fondo, todo de un poco igual y nos quedemos con lo mejor del título, como la presentación al mainstream del fa’afafine, el tercer género samoano y, fortuitamente (puede que incluso para sus responsables), el inesperado corazón de la película.
Para coleccionistas de historias de superación que no busquen superarse.
