Las cualidades del artista audiovisual. Las películas y la empatía. El éxito y la identificación del público con las producciones de entretenimiento. La conexión de la audiencia y su simpatía por films y personajes.
Por Pablo Argañarás, Lic. en Cine y TV
Si existe algo que caracteriza a las artes es la capacidad de emocionar al público. Una pintura, escultura, una pieza musical, una obra de teatro, una coreografía de danzas, la majestuosidad de una obra arquitectónica, un filme. El poder ponerse en el lugar del otro, creo es el rasgo distintivo de un artista. Si se posee esta cualidad, las obras que esta persona ejecute siempre tendrán eco en los espectadores. Anticiparse, leer al público, saber que resortes accionan en la audiencia. Todos estos son habilidades que requieren un talento e intuición especial.
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En el séptimo arte, el cine, esto es de vital importancia. Cuando se conecta una película con el público causará emociones en él. También tendrá éxito, pues la empatía con la audiencia genera el "boca a boca", que es la mejor publicidad que puede existir. La recomendación de la gente. De hecho, en los festivales de cine, uno de los premios más valorados es la categoría "premio del público". Este lauro lo da el espectador con su voto, no la crítica especializada.
Por todo lo antes mencionado las películas más vistas, comentadas y emocionantes en algunas ocasiones no coinciden con el criterio de los críticos. Lo que es seguro es que ellas tienen el aval del público que las vio y fue de su gusto. Provocar la emoción y el entretenimiento en el espectador de cine es garantía de éxito de taquilla. La audiencia lo paga y recomienda.
Vamos a poner esto en nombres propios con el simple ejemplo de un filme. "Rocky" es una de las películas que más emociones causó y sigue haciéndolo. Tiene alrededor de 8 películas conformando una saga. La historia de un hombre común que no se rinde y pelea por sus sueños ancló en el espectador. Desde los años 70 hasta la actualidad y en todo el mundo es furor. Activa en nosotros, los espectadores, el deseo de ver ganar al púgil que tiene desventaja. Rocky es lento, tosco, tímido, bonachón, se enamora de una chica con sus mismas cualidades de personalidad. A Rocky su rival lo subestima, humilla, lastima y golpea. Rocky trabaja en sitios de "mala muerte". Hace "changas" para sobrevivir. Trabaja de "rompehuesos" de un mafioso de poca monta. Es el "cobrador" más bueno de todos. Por ser bueno no sirve en ese trabajo. Los fines de semana boxea por hobbie. Recibe las mil y un palizas por un puñado de dólares. Nadie cree en él, al principio, ni él mismo. En su novia encuentra la motivación para tener por primera vez orgullo. Y lo tratara de defender terminando el combate con Apollo. Recibe una paliza descomunal, cae y se levanta. Una, dos, mil veces. Apollo lo castiga pero no logra noquearlo. No lo quiebra. Le gana por puntos. Pero Rocky termina los 15 rounds de pié. Por primera vez siente orgullo de sí mismo. Sube su chica, quien está orgullosa de él. Se besan. Fin.
Todos empatizamos con este personaje. Queremos que gane. Que triunfe. Que conquiste a Adrianne. Que le calle la "bocota" a Apollo Creed. Que se imponga ante su cuñado Paulie. Que se gane el respeto de Mickey, su entrenador. Todos queremos que a Rocky le vaya bien. Y al final pierde. Pero en el cine, como en la vida, a veces perder es ganar. Rocky gana respeto, amor, autoestima, fama. "Rocky" gana a su público. "Rocky" gana millones de dólares en las taquillas del mundo entero. "Rocky" costó 1 millón y recauda 250 millones de dólares. En los premios Óscar del año 77 "Rocky" gana 3 estatuillas. Mejor película, mejor director y mejor montaje. "Rocky" es suceso mundial. En el nuevo milenio sigue aún la saga de este personaje.
Rocky Balboa nos regaló emociones y entretenimiento. Nosotros, los espectadores, le regalamos nuestro cariño. Cuatro generaciones de personas en todo el globo vieron esta película. Fue y sigue siendo una usina de dinero para Hollywood.
En el cine la emoción y el entretenimiento "pagan". Los espectadores amamos que nos tengan en cuenta. Amamos que nos conmuevan. Amamos que nos mimen. En definitiva, la audiencia, al fin y al cabo está conformada de seres humanos. Nos gusta que nos amen. A quien no... Por ello las películas que nos dan su "amor" son aquellas que triunfan. Terminan de pié en el último round. Como el bueno de Rocky Balboa.