Cada 14 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Mono, una efeméride de alcance global que pone el foco en la protección de los primates, uno de los grupos de animales más amenazados del planeta. La fecha invita a reflexionar sobre el impacto de la actividad humana en la biodiversidad y a reforzar el compromiso con su conservación.
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La iniciativa nació en el año 2000, impulsada por estudiantes en Estados Unidos como una propuesta cultural, pero con el paso del tiempo fue adoptada por organizaciones ambientalistas y científicas de todo el mundo. Hoy, la jornada se utiliza para difundir información sobre la diversidad de especies de monos y simios, y advertir sobre los riesgos que enfrentan en su hábitat natural.
Según datos de organismos internacionales especializados, más de la mitad de las especies de primates del mundo se encuentran en peligro de extinción. Entre las principales amenazas se destacan la pérdida y fragmentación del hábitat, la caza furtiva, el tráfico ilegal de fauna y los efectos del cambio climático, que alteran de forma directa los ecosistemas donde viven.
En Argentina, la fecha adquiere una relevancia especial por la presencia del mono carayá (Alouatta caraya), una de las pocas especies de primates que habitan el país. Su distribución se concentra principalmente en las provincias del noreste, como Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa. La reducción de los bosques nativos, los atropellamientos en rutas y la caza ilegal representan hoy las principales amenazas para su supervivencia.
En este marco, especialistas y organizaciones ambientales aprovechan la jornada para reforzar mensajes de concientización, como la importancia de no capturar animales silvestres, respetar las áreas protegidas y denunciar el comercio ilegal de fauna. Además, destacan el rol fundamental que cumplen los primates en los ecosistemas, ya que muchas especies participan activamente en la dispersión de semillas y el mantenimiento del equilibrio de los bosques.
Más allá de su origen simbólico, el Día Internacional del Mono se consolidó como una fecha clave para reflexionar sobre la relación entre los seres humanos y la naturaleza, y para recordar que la preservación de la biodiversidad es una responsabilidad colectiva, que requiere acciones concretas y compromiso a nivel local y global.