X
Mundo

Tiene 63 años, padece una enfermedad terminal desde hace casi 30 años y pide la eutanasia

“Quiero dormirme y no despertar más. ¿Cómo hago si no me ayudan?”, se preguntó María, quien se encuentra postrada en cama hace casi siete años.

Hoy 02:02

María tiene 63 años, convive desde hace casi tres décadas con una enfermedad terminal y desde hace siete años permanece postrada en una cama, sin posibilidad de moverse ni realizar actividades básicas. Su testimonio, difundido en una entrevista con Telenoche desde Montevideo, Uruguay, reabrió el debate sobre la eutanasia y el derecho a una muerte digna.

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

Según relató, el dolor es permanente y se manifiesta en distintas partes del cuerpo. “Si no lo tenés en la pierna, lo tenés en el hombro, en la cabeza, en los huesos. Está en todos lados”, describió. Frente a ese padecimiento constante, expresó un pedido concreto: acceder a la eutanasia. Quiero dormirme y no despertar más. ¿Cómo hago si no me ayudan?”, se preguntó.

Una vida de lucha marcada por el deterioro físico

A pesar de su enfermedad, María recordó que logró criar a su hija y sostener una vida familiar. “Luché mucho. Crié a mi hija a pesar de todo”, afirmó. Sin embargo, con el paso del tiempo, su estado de salud se agravó de manera irreversible. “La vida es hermosa cuando estás bien, cuando podés. Yo no puedo hacer nada, ni siquiera jugar con mi nieta”, lamentó.

Consultada sobre qué espera de la Justicia, fue clara: “Que me escuche, que me ayude. La eutanasia quiero yo. No solo para mí, sino para mucha gente que está igual y no puede hablar”. En ese sentido, aseguró que su pedido también busca visibilizar la situación de otras personas que atraviesan padecimientos similares.

“Estoy totalmente decidida”

María sostuvo que su decisión no es impulsiva, sino que se mantiene firme con el paso del tiempo. “Lo pienso todos los días, a cada momento. No hay otra cosa en mi cabeza. Estoy totalmente decidida”, remarcó. Para ella, la muerte no representa miedo, sino alivio: “Liberación. Es algo que me tiene aprisionada y no me suelta”.

También contó que, para poder dormir, recurre a la imaginación de una vida que hoy no puede tener. “Tengo un mundo aparte en mi cabeza: familia, marido, hijos, trabajo, hago deporte, gimnasio. Es un mundo hermoso. A la noche lo veo y después me duermo tranquila”, relató.

El pedido de una muerte digna

Ante la posibilidad de que la Justicia rechace su solicitud, María expresó su desesperación: “No como más. No me alimento más”. En cambio, si el fallo fuera favorable, aseguró que se sentiría “salvada”. “Yo no tengo cuerpo. Tengo mente. Mi cuerpo no sirve para nada. Imagínense vivir con un cuerpo que no sirve”, expresó.

Ya no puedo más”, repitió en varios tramos de la entrevista, y concluyó con un mensaje directo: “Quiero gritarle al mundo que me ayude. Necesito que alguien me ayude. Quiero morir dignamente”.

El caso vuelve a instalar en la agenda pública el debate sobre la eutanasia, los derechos de las personas con enfermedades terminales y el rol de la Justicia, un tema sensible que genera profundas discusiones éticas, sociales y legales también en Argentina.

TEMAS Eutanasia