Santiago del Estero, Lunes 20
Mayo de 2024
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Monseñor Polti instó a los fieles a hacer de Dios el centro de sus vidas

En la Catedral Basílica se realizó la Santa Misa en el cierre del Encuentro Diocesano de Pastoral, presidida por el Obispo de Santiago del Estero, Monseñor Francisco Polti.

19/08/2012

Este sábado se ofició una Misa por el cierre del Encuentro Diocesano de Pastoral que se desarrolló en Santiago del Estero.

La ceremonia religiosa estuvo presidida por el Obispo de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti, quien en su homilía advirtió que “la vida espiritual es procurar que Dios sea el centro de nuestra vida”.

A su vez resaltó el trabajo pastoral que se realiza en Santiago del Estero.

Homilía:
“Para Mons. Ariel y para mí es una gran satisfacción haber compartido con ustedes este Encuentro Pastoral bajo el lema “Discípulos misioneros en oración impulsados por el Espíritu Santo para construir la comunión desde Santiago para una Patria para todos”.

“La participación de ustedes en este día -con lo que lleva consigo el delegar responsabilidades en el hogar para estar presentes, el traslado y otras cosas más que cada uno de ustedes conocen y le ofrecen al Señor – es una muestra más del amor y la vocación de servicio con que enfrentan su labor de cada día. Gracias por haber estado aquí”.

“Durante esta jornada se ha reflexionado sobre la espiritualidad litúrgica, la oración personal y la piedad popular”.

La espiritualidad litúrgica

“La vida espiritual del cristiano no es algo alejado de la realidad, no es algo inmaterial. La vida espiritual es procurar que Dios sea el centro de nuestra vida, y la liturgia es nuestra maestra y conductora hacia Dios, de ella aprendemos y a ella podemos volver siempre que queramos profundizar más en nuestra relación con Dios, nuestro Padre y Creador”.

“Se podría afirmar que la espiritualidad de cada uno de nosotros adquiere formas muy personales pero no será verdadera espiritualidad católica si no tiene a la liturgia como inicio y fuente, al tiempo que se la debe celebrar como el fin más alto. En ella, sobre todo en el sacramento de la Eucaristía, descubrimos la presencia real de Jesucristo”.

“Así nos lo dice el Concilio Vaticano II “La liturgia es la fuente primaria y necesaria en la que han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano”.1 Y en otro párrafo añade “La liturgia es la cumbre a la que tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza”.

“En la sagrada liturgia, recibimos el don de aquella vida divina de Cristo, sin la cual no podemos hacer nada válido por la salvación. Además es necesario recordar que la liturgia tiene una estrecha relación con la oración. De ella aprendemos a orar de la manera correcta”.

La oración personal

“La oración personal puede tener muy variadas formas. La oración que utilizamos cada uno de nosotros depende mucho de nuestra personalidad, del llamado que Dios haga y de las gracias que Dios nos otorgue. Pero depende de cada uno -es cierto- responder lo mejor posible a ese llamado y a esas gracias que vienen del Señor”

“La oración es hablar con Dios, y esta conversación implica diálogo y el diálogo lleva consigo el escuchar al otro. Orar no es tanto hablar nosotros a Dios, sino más bien estar en un silencio activo, tratando de oírle y descubrir su Voluntad, cuáles son sus planes para nuestra vida.
A veces se tiene temor al silencio, al recogimiento, a pensar en las propias acciones, al sentido profundo de la propia vida. Se prefiere vivir, porque parece más fácil, sin pensar; se tiene miedo de buscar la Verdad o quizás se tiene miedo a que la Verdad nos encuentre, nos aferre y nos cambie la vida”.

La piedad popular

“La piedad popular se presenta como un espacio de encuentro con Jesucristo y una forma de expresar la fe de la Iglesia”.

“Decía el Santo Padre Benedicto XVI en su carta dirigida a los seminaristas “La piedad popular puede derivar hacia lo irracional y quizás también quedarse en lo externo. Sin embargo, excluirla es completamente erróneo. A través de ella, la fe ha entrado en el corazón de los hombres, formando parte de sus sentimientos, costumbres, sentir y vivir común. Por eso, la piedad popular es un gran patrimonio de la Iglesia. La fe se ha hecho carne y sangre. Ciertamente, la piedad popular tiene siempre que purificarse y apuntar al centro, pero merece todo nuestro aprecio, y hace que nosotros mismos nos integremos plenamente en el "Pueblo de Dios"”.

Para que la piedad popular no se reduzca a la expresión cultural de una determinada región, debe estar en estrecha relación con la Sagrada Liturgia, la cual no puede ser sustituida por ninguna otra expresión religiosa.

“Para finalizar deseo reiterarles mi agradecimiento por el trabajo pastoral que realizan en esta querida Diócesis de Santiago del Estero. Procuremos seguir dando testimonio de la alegría de la fe en Cristo y la belleza de ser discípulos de Jesús; a esto nos ayuda de forma eficaz la practica frecuente de los sacramento y el ejercicio humilde de los carismas. El Señor está con nosotros y actúa con la fuerza de su Espíritu”.

“Pidamos a Jesús -que no nos abandona nunca- que vivamos con intensidad nuestra labor de discípulos y misioneros. Que la gracia del Espíritu de Dios penetre en nuestros corazones, disponiéndonos a cultivar sentimientos y proyectos de amor, de justicia, de libertad y de paz, para que podamos hacer un aporte desde la realidad de Santiago a la construcción de nuestra Patria”.