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País

El esposo de la docente asesinada es ahora uno de los sospechosos

Silvia Prigent fue asesinada de un disparo en la cabeza. Su cuerpo fue encontrado en un campo del Dique Luján. Entre las hipótesis en estudio, se investiga al esposo de la víctima, Daniel Sfeir.

09/01/2012

El cadáver tenía un disparo en la nuca y sus ropas puestas. Entre las diversas hipótesis en estudio, se investiga si el esposo de la víctima, Daniel Sfeir, quien tenía una relación tensa con la familia de Silvia y, según sus vecinos, discutía frecuente­mente con ella, tuvo alguna relación con el hecho.

El cuerpo sin vida de Prigent, una maestra en actividad de 50 años, fue avistado durante la mañana por un vecino de Dique Luján, que llamó a la policía para avisar del hallazgo.

El fiscal que investiga el caso, Cosme Iribarren, y policías de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro llegaron al lugar y constataron que se trataba de la docente. Sfeir reconoció el cuerpo horas después.

El sitio donde apareció el cadáver de Prigent fue señalado por algunos vecinos como cercano a un lugar adonde llegaban camiones de basura de una empresa propiedad de Sfeir, dedicada a recoger y reciclar residuos de barrios cerrados del norte del Gran Buenos Aires. Según trascendió, el cuerpo estaba cubierto con ramas.

Más allá de lo fortuito del hallazgo, los investigadores ya tenían pistas del destino de la infortunada docente. Anteayer fue detenido en Escobar un hombre de 48 años con antecedentes penales, identificado como Juan Carlos González. Tenía en su poder el celular (sin el chip) de la víctima. "Ahora hay que profundizar en la manera en que ese celular llegó" a esa persona, dijo por la tarde el fiscal Iribarren a la prensa.

El funcionario judicial evitó dar precisiones sobre lo relevado, pero dijo que en el mismo lugar donde apareció el cuerpo se recogieron otros rastros de interés para la causa.

Daniel Prigent, hermano de Silvia, habló por televisión en dos ocasiones luego de que se conoció que la maestra había sido asesinada. En su primera aparición recalcó sus sospechas sobre Sfeir: "A él no le creo nada", dijo. Luego, afirmó que tras la desaparición, ocurrida once días antes del hallazgo, "se veía venir" el desenlace fatal. "Pero aunque lo sospechábamos, teníamos esperanzas, y fue duro" confirmar que ella estaba muerta, explicó.

Entre las personas que quedaron desconsoladas por la noticia están los padres de Silvia y sus dos hermanas, Graciela y Gladys, y Nahuel, su hijo de 14 años. Los familiares se enteraron del hallazgo por la información que vieron por televisión. "Antes de darles la noticia a los padres hubo que llamar a una cardióloga. Tienen más de ochenta años y son hipertensos", dijo Adriana Tagliafico, una amiga de la familia.

Según pudo averiguar La Nación, Sfeir ya no tenía relación con la familia de su esposa. "Les debía plata a los padres de Silvia y a otros familiares. Hace rato que no se hablan. Era habitual en él hacer este tipo de cosas", dijo Adriana.

Quienes seguían en contacto telefónico con Silvia eran sus hermanas Gladys y Graciela. A ellas nunca les contó que hubiera tenido peleas con su marido o sufrido agresiones físicas u otras formas de violencia de su parte. Pero vecinos de la pareja dijeron que ambos solían discutir.

La semana pasada, consultado por la agencia DyN, Sfeir negó desavenencias en el matrimonio. "Son versiones erróneas. Tenemos una relación normal", dijo entonces.
Búsqueda de datos

Hasta ahora, lo último que se sabía de Silvia es que dos vecinas la vieron caminando a cinco cuadras de su casa, de donde había salido a hacer compras.

Ayer, su hermano Daniel pidió que cualquier persona que la haya visto o sepa algo sobre lo que ocurrió con ella se comunique al número 911 para informar a las autoridades.

"No estamos tan lejos de que esto se termine y se cierre y los culpables sean descubiertos", dijo por televisión el hermano de la víctima.

Sfeir no está, hasta ahora, acusado del crimen, y su abogado, Marcelo Adámoli, dijo que se presentará como particular damnificado en la causa judicial. Resta saber si el fiscal aceptará ese pedido.

Fuente: La Nación.