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¿Quién fue Bertrand Russell?

A propósito de recientes manifestaciones del Papa Francisco en las que dio su opinión personal en el sentido de que Dios quiere, y por tanto están destinados a la Salvación, incluso a aquellos que no creen en él, y en torno a los cuales expresó su respeto, se produjo una saludable discusión en el seno de la Iglesia Católica, que seguramente deberá ser cerrada por la Teología Dogmática, si es que el Santo Padre confirma o niega que habló “ex cathedra”, o sea como jefe de la Catolicidad.

23/09/2013

En tal caso sus afirmaciones pasarían a tener carácter dogmático. Interesa, en ese sentido, conocer a grandes rasgos la personalidad de un hombre del siglo pasado que es considerado aún hoy como el paradigma perfecto del ateo.

Bertrand Arthur William Russell (1872 - 1970) fue un filósofo, matemático y escritor británico. Escribió sobre una amplia gama de temas, desde los fundamentos de las matemáticas y la teoría de la relatividad hasta el matrimonio, los derechos de las mujeres y el pacifismo. La vida de Russell fue apasionada, intensa y larga. Se fraguó un nombre tanto en los círculos de especialistas como entre las multitudes que o lo seguían con fervor o lo odiaban con intensidad. Russell lideró la lucha contra el idealismo a principios del siglo 20 y es considerado junto con Wittgenstein y Frege como un fundador de la filosofía analítica, la cual considera a la lógica formal y a la ciencia como las herramientas principales de la filosofía. Russell recibió el premio Nobel de literatura en 1950.

Russell no simpatizaba con la religión organizada, pero expresaba cierta dificultad al definirse a sí mismo como un agnóstico o ateo. En su plática de 1949 “¿Soy un Ateo o un Agnóstico?” Russell admitió que no podía probar la no existencia de Dios tanto como no podía probar la no existencia de los dioses griegos. Pero en su autobiografía, el dijo, “A los dieciocho años,…leí la autobiografía de Mill, donde encontré un enunciado sobre su padre quien le había enseñado que la pregunta “¿Quién me hizo?” no puede ser respondida, puesto que inmediatamente sugiere la siguiente pregunta que es “¿Quién hizo a Dios?”. Ésto me llevó a abandonar el argumento de la “Primera Causa”, y a convertirme en ateo”.

Hay datos en su historia, empero, que lo convierten en algo más que un ser controversial. Los jóvenes de hoy de la izquierda europea, que casi no han leído ni estudiado el marxismo, lo consideran una especia de “maestro perpetuo”, sólo por su definición del “agnosticismo ateo” y por su defensa del sexo extra matrimonial. Es interesante saber, por ejemplo, que Russell contrajo matrimonio cuatro veces y tuvo tres hijos. Cuando era joven, Russell fue miembro del Partido Liberal de Reino Unido, pero más adelante, en 1920, junto con una delegación del Partido Laborista Británico, viajaría a Rusia y se entrevistaría con Lenin.

Muchos de quienes lo endiosan por su perseverancia en la defensa de los derechos humanos, ignoran por cierto que Don Bertrand no era para nada “popular”. Por el contrario, fue hijo de John Russell, Vizconde de Amberley y de Katrine Louisa Stanley. Su abuelo paterno fue Lord John Russell, primer Conde de Russell, quien fue dos veces Primer Ministro con la Reina Victoria, y su abuelo materno, Edward Stanley, 2º Barón Stanley de Alderley. Además, era ahijado de John Stuart Mill, quien, aunque jamás conoció a Russell ejerció una profunda influencia en su pensamiento político a través de sus escritos.

Sin embargo, en la cuestión religiosa no estaba muy equivocado y sus declaraciones en este aspecto tienen mucha lógica, aunque en general los “anti-teos” (antes que ateos) demuestran cierta mala intención, cuando no cierto muy poco apego a la verdad al no enunciarlas nunca. Por ejemplo, en su famoso discurso de 1949 “¿Soy un ateo o un agnóstico?" (Am I an Atheist or an Agnostic?), expresaba su dificultad sobre si llamarse a sí mismo un ateo o un agnóstico. Decía: “Como filosofo, si estuviera dirigiéndome a una audiencia puramente filosófica, debería decir que tendría la obligación de describirme a mi mismo como un agnóstico, porque no creo que haya un argumento concluyente con el cual uno demuestre que no hay un Dios” (Bertrand Russell, Collected Papers, vol. 11, p. 91).

También en “Autobiografía de Bertrand Russell, 1967” el mismo Russell menciona que “no creía en la vida en el más allá, pero sí creía en Dios, pues el argumento de primera causa es irrefutable”. Otros pronunciamientos parecidos, en los que incluso sostiene paradigmas anti-evolucionistas, pueden encontrarse en sus libros “El Análisis de la Mente (The Analysis of Mind), 1921 y “Filosofía” (Philosophy), Norton, 1927.

© DOMINGO SCHIAVONI
(Investigación histórica y bibliográfica del autor)