Los Millonarios no caen desde el 6 de abril, en el 2-1 ante Belgrano; a nivel amateur, la mejor marca es 31 cotejos en 1922.
No hay cancha reducida, pasto alto, ni campo seco que detenga el impulso de River. Con determinación, aunque sin el brillo que desplegó en la actual campaña, salió airoso de Rafaela, donde celebró un ajustado triunfo por 2-1 que le posibilitó estirar a 28 partidos la racha de partidos invicto, la segunda marca en la historia, igual que la de 1994-1995 y un escalón por debajo de la de 1941-42. Además, soportó la presión que le imponían las victorias de Independiente y Lanús, sus inmediatos perseguidores. Firme en lo más alto de la tabla de posiciones y con la serie frente a Estudiantes, por la Copa Sudamericana, por delante, el récord histórico de 31 encuentros sin caídas, de 1922, es otro desafío para un plantel que quiere apoderarse de todos los premios.
Nunca se apegó a las estadísticas, la filosofía de juego es lo que motiva al Muñeco a superarse como entrenador. Las contundentes cifras reflejan cada paso de un equipo que inspira confianza a partir del mensaje que transmite el cuerpo técnico y que los jugadores, seducidos por la propuesta, ejecutan con convencimiento en el Monumental o lejos de casa. El modelo impuesto supera, desde lo futbolístico, al que se consagró campeón en el último torneo Final 2014, con Ramón Díaz. La meta es replicar también con una nueva vuelta olímpica, para enseñar que River vuelve a ser River.
El equipo campeón del torneo Final y supercampeón del fútbol argentino perdió por última vez el 6 de abril de 2014, en Córdoba. Fue 2-1 ante Belgrano, con un gol de Zelarrayán cerca del final que generó polémica. En total, River lleva 204 días sin caer, entre el fútbol local y la Copa Sudamericana. Por Copa Argentina, quedó eliminado por penales, tras empatar ante Rosario Central.
Anoche ofreció otra muestra de fortaleza anímica para reponerse a un resultado adverso y para estirar un invicto que se sustenta por el brillo de su juego y por el temperamento para revertir situaciones complejas. Es la sexta vez que empezó abajo en el marcador durante el ciclo del Muñeco, en cuatro de ellas encontró la fórmula para retirarse ganador.
Gallardo disfruta del presente, también tiene el privilegio de haber participado como jugador de aquel récord de 28 encuentros sin derrotas, entre 1994-1995, que empezó Daniel Passarella (2 partidos); continuó el Tolo Gallego (24), cuando el Káiser se marchó a la selección, y finalizó Carlos Babington (2). Ahora, en su rol de conductor es, junto con Ramón, dueño del nuevo registro, que va por más.
Para River y para el Muñeco, el tiempo viaja 20 años para atrás, cuando el semillero, como ahora, le permite al técnico de turno recurrir a los juveniles para dosificar las fuerzas, cuando la doble competencia entra en la etapa de definiciones.
River tiene un récord por delante y otros dos grandes objetivos: defender el primer puesto y así festejar un nuevo bicampeonato; sostener el ritmo en la Copa Sudamericana para recuperar el prestigio internacional, donde la Supercopa 1997 se enseña como el último trofeo en las vitrinas de Núñez. En los dos frentes, depende de sus fuerzas y de su fútbol para llevar adelante el sueño. Porque nunca hubo gloria sin desafío, eso lo tiene claro River.
Fuente: Canchallena.com