Los colores que usamos, el peso corporal y hasta los ingresos económicos repercuten en las ganas de ir a la cama.
El deseo sexual puede disminuir por motivos poco imaginados. Los colores que usamos, el peso corporal y hasta los ingresos económicos repercuten en las ganas de ir a la cama. Armamos una guía con los últimos consejos de los expertos.
¿Qué es la libido? “Es la base de nuestra salud hormonal: ella es la encargada de activar la sensación de bienestar, equilibrando nuestras actitudes y emociones. Para la medicina clínica, significa deseo sexual y su falta se asocia a una enfermedad orgánica o psíquica”, explica el doctor Rubén Mühlberger, especialista en anti-aging.
Ya sabemos qué significa y también notamos que, por distintas razones, nuestras ganas de tener relaciones pueden disminuir. Es entonces cuando conviene revisar los posibles factores. “Hay que descartar las causas orgánicas, farmacológicas y, por sobre todo, poner atención en el tipo de relación”, enumera Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
El autodiagnóstico debe cubrir varios aspectos: chequear la forma de interacción de la pareja, revisar los mitos o creencias e investigar si la falta de deseo impide la presencia de fantasías eróticas. También es importante tener en cuenta al partenaire, “ya que muchas veces el deseo de quien consulta es bajo si se compara con el deseo aumentado del compañero/ a sexual”, concluye Ghedin.
1. ¿Sexo antes de dormir? ¡Ya fue! Siempre asociamos al placer con la noche, pero parece que no es tan así. “Si nos basamos en los ritmos hormonales que varían a lo largo del día podemos concluir que los mejores horarios son por la mañana, cerca de las 9, y por la tarde, alrededor de las 16”, comparte Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo. Coincide con los hallazgos de un estudio alemán, que reveló que las curvas del deseo de hombres y mujeres fluctúan por el ritmo biológico propio de cada sexo, y se reúnen a la mañana y a la siesta.
2.Ponele color a tu deseo. “Cuando falta deseo sexual podemos utilizar distintos colores para aumentar al máximo el placer”, sostiene la psicoterapeuta Mabel Iam en su libro El amante perfecto. “La práctica más común consiste en utilizar los colores como parte de la decoración ambiental. Por ejemplo, para los momentos de placer se puede colocar una luz de un color especial. El rojo significa pasión, vitalidad y fuerza. El naranja es una fuente de refrescante energía, sirve para los problemas de comunicación y aumenta la conexión física. También podemos usar diferentes rojos y otros colores vivos en la ropa íntima para acentuar las formas femeninas”, agrega.
3.Generá tus propios ingresos. Un nuevo análisis elaborado por el portal de citas eDarling, basado en las respuestas de 20.000 usuarios registrados en la web, pone de manifiesto que cuanto más alto es nuestro salario, más alto es nuestro deseo sexual. “El dinero no sólo es sexy sino que también aumenta la líbido de quienes lo tienen”, arriesga el comunicado. Polémico, ¿no?
4.Compartí o concretá fantasías sexuales. “Son los mejores afrodisíacos. Siempre son ideales para aumentar el deseo y no perder el erotismo. La literatura y las películas eróticas (que no es lo mismo que las pornográficas) también son útiles”, opina Diana Resnicoff, psicóloga y sexóloga clínica.
5.Buscá en la heladera. “Cuando hablamos de comida afrodisíaca, el secreto está en la ambientación, tanto del plato como del espacio donde se va a comer. Recetas donde la pareja no sólo disfrute del comer, sino del ver a su acompañante hacerlo son las más apropiadas. Comidas donde se utilicen los dedos, se incluyan alimentos coloridos y que se puedan compartir tendrán mayores chances de lograr cierto clímax”, dice el chef Maximiliano Pettit, dueño del restaurante Pájaro que comió. Algunos de los ingredientes identificados como afrodisíacos son, según Pettit, los espárragos, ostras, higos frescos, el anís, miel, almendras, papaya, banana, chocolate, frutillas y frutos rojos en general. También la palta y las flores comestibles.
6.Armá la valija. Para recuperar el deseo es importante salir de la rutina. Entonces, nada mejor que escaparse juntos un fin de semana. “Las vacaciones son un buen momento para reconstruir la magia. Cuando se está más distendido, el juego erótico -que está muy influido por factores externos- surgirá con más fluidez”, opina Diana Resnicoff., psicóloga y sexóloga clínica.
7.Cuidá tu peso corporal. Según datos difundidos por el Instituto de Medicina Sexual de España, las mujeres con sobrepeso son más propensas a la falta de deseo, a la inhibición de la libido. Se estima que el 68% de las obesas tiene insatisfacción sexual, mientras que sólo el 46,3 % de las mujeres de peso normal la presentan. Los hombres con sobrepeso tienen el doble de riesgo de presentar disfunción eréctil.
8.Hacé una lista. “Imaginá tu última relación sexual. Concentrate en todos los detalles de lo sucedido. Luego, hacé una lista de tres columnas: en la primera, poné las caricias que disfrutás y querés conservar; en la segunda, una lista de caricias descartables y, en la tercera, una lista de las cosas que faltan y que te gustaría introducir en su vida sexual. Invitá a tu pareja a hacer lo mismo y, luego, conversen ambos sobre los resultados. Prestá atención a tus propios deseos y a los de tu compañero y traten ambos de incluir estos nuevos pedidos en las próximas relaciones”, propone Diana Resnicoff., psicóloga y sexóloga clínica.
9. Descansá bien. “Dormir poco provoca una acumulación de cortisol (hormona relacionada con el estrés), lo que puede afectar el apetito sexual de las mujeres”, alerta la sexóloga Alessandra Rampolla en su libro “La diosa erótica”.
10.¡Aprovechá la primavera! El 66% de las personas admite que su libido o deseo sexual aumenta en primavera, según una encuesta realizada entre chilenos por la Universidad Central. “La conducta humana depende de la cantidad de luz que el cuerpo recibe. En otoño e invierno se registra un aumento de la depresión y falta de estímulo sexual. En cambio, en las soleadas épocas de primavera y verano aumenta en el cerebro la concentración de serotonina, neurotransmisor que induce mayor bienestar y estimulación sexual”, explica Genoveva Echeverría, psicóloga y académica de la UCEN.