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Revista

Cinturón de seguridad: el ángel guardián

A 40 km/h, un golpe frontal puede ser mortal porque la cabeza impacta con el parabrisas.

27/04/2016

Es algo tan sencillo como subirse al coche y ponerse en cinturón, pero todavía hay muchas personas que no lo hacen. Después llegan las lamentaciones.

¿Sabían que el uso del cinturón de seguridad puede reducir hasta en un 80% el riesgo de muerte en caso de accidente?

No hay excusas para no utilizar el cinturón

“En ciudad el cinturón no es necesario”, “en recorridos cortos no hace falta”, “los cinturones traseros no son útiles”, “el cinturón me resulta incómodo”, “llevo un buen coche con muchos sistemas de seguridad”, “no me hace falta, ya que no voy a tener accidentes”. Son algunos de los falsos mitos sobre el cinturón de seguridad y muchas de las excusas que se utilizan para no utilizar este dispositivo, pero todas muy lejanas a la realidad.

Por ejemplo, para los que no lo utilizan en ciudad, deben saber que, a 40 km/h, un golpe frontal puede ser mortal porque la cabeza impacta con el parabrisas, o que, precisamente en los recorridos cortos es donde se producen más accidentes.

No utilizar este dispositivo –junto con los sistemas de retención infantil y el casco- es la segunda infracción de tráfico más frecuente, por detrás de la velocidad y por delante del uso del teléfono móvil al volante.

Nuestro ángel de la guarda en coche

Existen cuatro tipos básicos de cinturón de seguridad, cuya utilidad y eficacia en caso de accidente varían de manera considerable: torácicos (son poco recomendables y ya no se utilizan), abdominales o de dos puntos (se utilizan en autobuses, aviones y en las plazas centrales traseras de un vehículo, pero están empezando a desaparecer), de tipo arnés (para vehículos de competición) y los mixtos o de tres puntos de anclaje, que son los más comunes.

El cinturón de seguridad de tres puntos se inventó en el año 1959 y fue Volvo quien se encargó de patentarlo. Desde entonces se ha convertido en el principal ángel de la guarda de los ocupantes de un vehículo y en el sistema de seguridad pasiva más efectivo jamás inventado.

Su misión principal es evitar que salgamos despedidos por el parabrisas en caso de que el automóvil pare de forma repentina debido a una colisión, a un frenazo brusco, o por cualquier otro motivo. Actúa de freno ante la inercia de nuestro cuerpo a seguir en movimiento.

Sin cinturón de seguridad, nuestro cuerpo mantendría la misma velocidad que antes del choque, a 50 km/h, a 100 km/h… Es obvio que cuanto más bruscamente se produzca la parada de los ocupantes, mayor será la fuerza que tendrán que soportar y mayor el riesgo de lesiones. El cinturón es ligeramente flexible, de forma que en caso de impacto se extiende un poco y así la parada no es tan brusca.

El mecanismo de un cinturón consta de un sistema de bloqueo angular: actúa en caso de vuelco ya que impide que salga la cinta cuando excede un valor determinado o su inclinación no es la adecuada; de un sistema de bloqueo por sensibilidad de cinta: actúa fundamentalmente en choques frontales al impedir la salida de cinta cuando el ocupante se mueve bruscamente hacia adelante; y el sistema de limitador de carga: permite que salga entre 5 y 7 cm de cinta cuando la fuerza sobre pecho o pelvis ha alcanzado unos valores predeterminados, reduciendo así el riesgo de lesión interna o de latigazo cervical sin afectar a la sujeción del cuerpo.

En los coches modernos también se incluyen los pretensores pirotécnicos, dispositivos que tienen como fin ajustar el cinturón lo más posible al cuerpo del viajero en caso de colisión. Estos sistemas actúan dando un tirón al cinturón, de modo que se evite la más mínima holgura en el momento de choque.

Para que su uso sea efectivo debe ir bien sujeto al cuerpo y correctamente abrochado. Lo primero es colocar el asiento casi en ángulo recto, nunca demasiado inclinado. La cinta superior debe situarse entre el cuello y el hombro –te servirá de ayuda el regulador de altura del asiento si dispones de él-. La banda debe estar situada en el centro del pecho y la cinta inferior apoyada sobre las caderas, por debajo del abdomen. Una vez abrochado, tira de él hacia arriba desde la altura de la cadera para ajustarlo al cuerpo y comprobar que no está enganchado o enrollado.

Llevar abrigos o ropa muy gruesa añadirá al cinturón unos centímetros de holgura que podrían resultar muy peligrosos en caso de accidente, porque podrías chocar con el volante o el tablero.

También reduce su efectividad si ponemos toallas en el asiento, almohadones o cualquier otro complemento como pueden ser aislantes. Estos elementos alteran la estructura del asiento y su capacidad de retención y aumentan la probabilidad de que se produzca el efecto submarino, es decir, el cuerpo, si no está bien sujeto por el cinturón, presiona el asiento hacia abajo y llega a deslizarse por debajo de la banda abdominal del cinturón de seguridad.

Y si sufres un golpe, es importante cambiar el cinturón porque el trenzado puede haber perdido su eficacia y haberse producido roturas en los sistemas de anclaje.

Por qué hay que usar el cinturón de seguridad

¿Necesitas conocer los motivos por los que tienes que utilizar el cinturón de seguridad? Aquí los tienes:

- En caso de choque frontal, disminuye en un 90% el riesgo de fallecimiento y de heridas graves en la cabeza. También reduce en un 75% el riesgo de heridas, fracturas y lesiones de otro tipo.

- En caso de alcance reduce a la mitad el riesgo de muerte o heridas graves en caso de accidente e incluso puede llegar hasta el 80%.

- Distribuye las fuerzas del choque sobre las partes más fuertes del cuerpo, el pecho y la pelvis. Cuando más distribuidas estén las fuerzas que tiene que soportar el cuerpo en caso de frenazo brusco, menor será la presión y el riesgo de las lesiones.

- Impide que el ocupante salga expulsado del vehículo en caso de impacto.

- Evita que se lesione a otros ocupantes. No utilizar el cinturón de seguridad en los asientos traseros supone un gran riesgo, ya que, en un impacto frontal, la probabilidad de que un ocupante de los asientos de atrás golpee mortalmente a otro pasajero de los asientos delanteros puede ser hasta ocho veces superior. Para que te hagas a la idea, en caso de no llevar el cinturón de seguridad abrochado, los ocupantes de la parte trasera de un vehículo que circulara a 100 km/h impactarían sobre los de delante con el peso equivalente al de un elefante.

- El cinturón de seguridad funciona de forma complementaria con el airbag, ya que este dispositivo por sí solo no tiene efecto.

El airbag es uno de los inventos más importantes para salvar vidas y reducir la gravedad de las lesiones en caso de accidente, pero no hará bien su trabajo si fallan dos elementos claves: el cinturón de seguridad y el parabrisas –sobre el que se apoya al abrirse-. Sin el cinturón abrochado el impacto del airbag al desplegarse sobre el pasajero puede ser más mortal y dañino que el propio accidente en sí.