Te mostramos algunas de las miles de propiedades que seguro no conocías y vas a terminar agregándolo a todas tus comidas.
El jengibre es una raíz con un aspecto poco agradable a la vista, que suele pasar desapercibido cuando vamos a la verdulería pero que se utiliza, en porciones reducidas, como ingrediente en distintas recetas, de platos dulces o salados. El jengibre tiene también una buena cantidad de beneficios para la salud que pocos conocen pero que podrán comenzar a incorporarlos a sus vidas.
Previene gripes y resfríos
El jengibre cuenta con propiedades expectorantes y antibióticas que podrían actuar con eficacia en problemas de gripes y resfríos. Esta raíz se utiliza desde hace siglos en el continente asiático como un tratamiento poderoso contra este tipo de padecimientos.
Mejora la circulación sanguínea
El jengibre contiene magnesio y zinc, claves para mejorar la circulación sanguínea. También es útil para reducir la fiebre y los problemas de sudoración excesiva.
Mejora la absorción de nutrientes
Al consumir jengibre se garantiza una mejor absorción de nutrientes esenciales en el organismo, gracias a la estimulación de la secreción de estómago y las enzimas pancreáticas.
Alivia dolores abdominales y mejora la digestión
Ayuda a aliviar los dolores abdominales que suelen producirse cuando hay una inflamación estomacal. También previene y combate el estreñimiento, reduce los gases intestinales y promueve una mejor digestión.
Refuerza el sistema inmunológico
El consumo regular de jengibre refuerza el sistema inmunológico y mantiene las defensas del organismo fuertes ante posibles infecciones, gripes, resfríos o enfermedades crónicas.
El té de jengibre es una de las mejores formas de aprovechar todos los beneficios que ofrece esta raíz. Más aún en épocas de cambio de estación en las que solemos ser más vulnerables y contraer gripes y resfríos.
Ingredientes
1 raíz de jengibre fresca
1 limón
Miel de abejas.
¿Cómo prepararlo?
Hervir una taza de agua y, mientras hierve, rallar finamente el jengibre. Extraer el jugo de limón y ponerlo en una taza junto con la ralladura de jengibre. Luego,
verter el agua caliente sobre el jengibre y el limón y, por último, endulzar con un poco de miel de abejas.