Santiago del Estero, Jueves 18
Abril de 2024
X
Espectaculos

Los últimos momentos de Rocío Gancedo antes de la decisión de suicidarse

La modelo y ex participante de Gran Hermano decidió quitarse la vida. Cómo fueron los meses posteriores a su internación y qué cosas la preocupaban. Un llamado y varios encuentros pendientes. La desesperación y lo inexplicable.

18/12/2017

Una muerte trágica. Una pérdida inexplicable que llega demasiado pronto y llena al ambiente de tristeza. La ex Gran Hermano Rocío Gancedo decidió quitarse la vida el mediodía del miércoles 29, arrojándose del balcón del quinto piso del edificio donde vivía, en el barrio de Las Cañitas.  En estos casos, el primer interrogante que invade a todos es “¿por qué?”. Y lo más duro es que no hay respuesta certera. Se puede especular, tratar de entender, ponerse en los zapatos de una joven que en los últimos meses dio indicios de no estar pasando un buen momento, pero jamás podremos entender por completo su desesperación, su desesperanza para tomar una decisión de tal magnitud. ¿Qué le dolía tanto para que su vida se volviera intransitable?
 
Sus últimos meses fueron duros. Desde que en abril se conoció la decisión de Rocío de internarse en una clínica psiquiátrica debido a un fuerte cuadro de depresión, todo pareció ir desmoronándose poco a poco. El duro relato de los abusos sufridos durante su infancia y, por lo que se pudo saber, contarlo no le sirvió para sacarse esa mochila de encima, sino para sumarse más peso, un peso que la comenzó a torturar y del que mostró arrepentimiento. Tal vez porque en ese relato había muchos elementos que no eran ciertos. El trágico final de Rocío tomó conocimiento público poco antes de las 13 horas. Su familia fue la primera en llegar a la puerta del edificio donde vivía la modelo, entre los que se acercaron a constatar la brutal noticia estaban su hermano, Rodolfo, y su mamá, Graciela; su cuñada, Cintia, y su padrastro, Daniel. El peor escenario, ese que ningún padre se imagina tener que contemplar en su vida.
 
También trascendió que justamente fue su madre la que pudo escuchar por última vez a Rocío: poco antes de arrojarse al vacío, la ex GH habría mantenido una conversación con Graciela en la que no dejó entrever sus intenciones. Casi una llamada de rutina, sin rastros de despedida ni nada que pudiera encender la alarma en el seno familiar, e incluso su mamá se quedó con una promesa, con una visita que nunca va a tener lugar, allá en su casa en el barrio que la vio crecer, Lomas del Mirador. Entre esos planes que quedarán tan sólo como un anhelo, quedó sin escribir una tarde de juegos y risas con su pequeña sobrina Candelaria, de tres años, una de las personas que lograban sacarle sonrisas y le entregaba amor puro, eso que sólo los niños saben prodigar.
 
Los que la conocían aseguran que en el último tiempo se había acercado aún más a su familia, incluso con su hermano, del cual había estado distanciada, como también de gran parte de sus amigos previos a ser la chica de Gran Hermano que posaba en revistas masculinas con poco o nada de ropa. Una necesidad marcada de volver a sus raíces, de reencontrarse con la Rocío previa a la vorágine de la fama repentina. Parte de ella buscaba dejar atrás una etapa en la que no sólo no se encontró, sino que incluso se perdió. También están los que señalan que estaba arrepentida de ser la chica bomba que mostraba su cuerpo sin pudor y, debido a eso, decidió “afearse”, cortándose el pelo y ocultando sus atributos. Incluso durante su depresión perdió peso y las curvas con las que se dio a conocer quedaron desdibujadas.
 
Rocío quería redireccionar su vida, pero no encontraba cómo, algunos dicen que durante su último trabajo en una barbería le nacieron ganas de incursionar en el mundo de la peluquería y que se proponía ponerse a estudiar, pero también señalaron que a la modelo le daba vergüenza tener un empleo “común” en el que los clientes la reconocieran por su pasado. Esto también hacía tambalear su economía y que su permanencia en estos trabajos fuera mínima.  Su trágico final conmovió y la pregunta que inundó a todos ese 29 de noviembre seguirá resonando: ¿por qué?