Santiago del Estero, Jueves 25
Abril de 2024
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Regionales

Un policía quedó imputado por difundir a través de WhatsApp fotos de un femicidio

El sargento tomó las fotografías de la escena del crimen y las difundió a sus contactos.

Jéssica González fue asesinada de varias puñaladas en el pecho.
22/10/2018

Lo que empezó como una causa por femicidio se bifurcó en otro caso más, luego de que las imágenes del asesinato de una mujer en un hotel alojamiento comenzaran a circular por WhatsApp. A partir de ahí, la Justicia comenzó a investigar quién filtró las pruebas. Ahora, un sargento de la Policía de Salta fue imputado por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público por haber viralizado las fotos a su grupo de contactos.

Se trata del crimen de Jéssica González, la estudiante de abogacía que fue raptada y asesinada por Raúl Pérez, un hombre que conoció en una iglesia. Su cuerpo fue encontrado en la madrugada del 21 de septiembre, en el hotel Mimos, ubicado en la avenida Gato y Mancha, del barrio Villa Palacios, de la zona sur de la ciudad de Salta. Estaba tirado en el piso con varias puñaladas en el pecho.

Un mes después del asesinato, el sargento Gustavo Federico Sajama quedó bajo investigación por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público. El agente fue acusado por tomar y difundir a través de un grupo de Whatsapp fotografías de la escena del femicidio de González.

El fiscal penal Maximiliano Troyano realizó la audiencia de imputación al sargento, luego de recibir los resultados de la investigación que llevó adelante el fiscal penal 2 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas (Ugap), Pablo Paz, tras la viralización de las imágenes. Los testimonios del personal que participó del operativo en el albergue coincidieron en que Sajama había sido advertido de no difundir las fotos que había tomado al cuerpo de la mujer.

Por el crimen se encuentra imputado Pérez, por "homicidio calificado por mediar violencia de género". El hombre fue detenido al lado del cuerpo de la mujer con dos cortes en el cuello y el abdomen, que él mismo se había provocado. "Las lesiones que presentaba en sus manos, muñeca y brazos hablan a las claras que se defendió de un perverso sexual, que nunca la pudo quebrar, ni en su carácter de mujer ni menos en su espiritualidad", dijo al diario El Tribuno el hermano de la víctima, Isaac González.

Pérez y la víctima entraron al albergue transitorio el pasado 20 de septiembre, alrededor de las 20. Nadie dudó de que se trataba de una pareja, hasta que escucharon gritos pasada la medianoche y al no responder a los golpes en la puerta, el personal del lugar entró a la habitación con un duplicado de la llave. Ahí se encontraron con el horror.