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Reducir calorías puede tener beneficios aunque tengas un peso saludable

Un estudio publicado en The Lancet mostró que reducir unas 300 calorías diarias mejora significativamente los niveles de colesterol, presión arterial y azúcar en sangre.

15/07/2019

Tener un peso saludable o estar apenas excedido no sería motivo suficiente para quedarse de brazos cruzados, según los resultados de un nuevo estudio que sugiere que cuando se trata de reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes o cardiovasculares, siempre se puede mejorar un poco.

El estudio, publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology, fue realizado por un equipo de la Universidad de Duke, de Estados Unidos, y contó con apoyo de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés). Los resultados mostraron que en adultos que ya tienen un peso saludable o que solo pesan unos kilos de más, reducir unas 300 calorías diarias -lo que aportan, por ejemplo, seis galletitas de chocolate rellenas- mejoró significativamente los niveles de colesterol, presión arterial, azúcar en sangre y otros marcadores.

Del estudio llamado CALERIE (Evaluación integral de los efectos a largo plazo de la reducción de la ingesta de energía) participaron 218 adultos menores de 50 años. Los investigadores se basaron en la hipótesis de que no es únicamente la pérdida de peso lo que conduce a esas mejoras, sino que intervienen cambios metabólicos más complejos.

"Hay algún mecanismo vinculado a la restricción calórica, que aún no entendemos, pero que da como resultado estas mejoras", afirmó el autor principal del estudio, William E. Kraus, cardiólogo y profesor de medicina. "Hemos recolectado muestras de sangre, músculos y otras muestras de estos participantes y continuaremos explorando qué podría ser esta señal metabólica o molécula mágica", apuntó.

Durante el primer mes del ensayo, los participantes hicieron tres comidas al día que restringían una cuarta parte de sus calorías diarias. Podían elegir entre seis planes de comidas diferentes que se adaptaban a sus preferencias culturales u otras necesidades. Y durante los primeros seis meses también asistieron a sesiones individuales y grupales de asesoramiento, mientras que los integrantes del grupo de control debían continuar con su dieta habitual y se reunían con los investigadores una vez cada seis meses.

A los participantes del primer grupo se les pidió que mantuvieran la reducción del 25% de calorías durante dos años. Su capacidad para hacerlo variaba, reconocieron los autores. No obstante, fueron capaces de mantener una caída del 10% en su peso, el 71% conformado por grasa, según el estudio. Los investigadores detectaron mejoras en los marcadores que miden el riesgo de enfermedad metabólica. Después de dos años, los participantes también mostraron una reducción en un biomarcador que indica una inflamación crónica también vinculada con enfermedades cardíacas, cáncer y deterioro cognitivo.

"Esto demuestra que incluso una modificación que no sea tan importante como la que usamos en este estudio podría reducir la carga de diabetes y enfermedades cardiovasculares", afirmó Kraus. "Esto se puede hacer con bastante facilidad, simplemente prestando atención a las pequeñas indiscreciones, o tal vez reduciendo la cantidad, como no snackear después de la cena", concluyó.