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Locales

Cuidar el medio ambiente con estilo: construyen muebles artesanales con tarimas recicladas

Anahí y Pablo, emprendedores que descubrieron su talento por casualidad, buscan compartir su experiencia para incentivar a más personas a aprender sobre reciclaje y generar un oficio. “Lo que otros tiran, nosotros lo transformamos y le damos una utilidad”.

03/10/2019

Por: Lourdes Suárez Torres

Cámara y edición: Matías Leshman

Vivimos días en los que hablar de cuidar al medio ambiente cada vez es más frecuente y la necesidad de reciclar se vuelve fundamental. Las redes sociales nos muestran mil maneras de reutilizar plásticos, gomas y maderas. Justamente gracias a estos tips y a una necesidad particular es que Anahí Véliz y Pablo Arana descubrieron su talento para reciclar y en ese camino, diseñar muebles económicos con tarimas.

¿Te animás a hacer más?

Este emprendimiento, cuenta Anahí, surgió sin querer hace poco más de un año, cuando estaban pensando qué hacer para el cumpleaños de su hijo Mateo. “Teníamos unas tarimas tiradas en el fondo y pensamos que podríamos hacer sillones para los invitados; buscamos la manera de hacerlos, y Pablo, que es bueno con las herramientas, hizo los primeros y quedamos re felices por lo que habíamos hecho”.

Pasó la fiesta y los sillones “comenzaron a molestar en casa, ya no teníamos espacio, así que decidimos publicarlos en las redes y jamás imaginamos que iban a pegar tanto”, recuerdan entre risas, y agregaron que se sorprendieron al ver que la gente comenzó a pedirles mucho más que sillones.

Los primeros sillones de tarimas de Pablo y Anahí

“Le pregunté a Pablo si se animaba a hacer más, y ahí empezó todo”, cuenta Anahí. Así comenzó el emprendimiento que creció muy rápido y los llevó a crear cosas impensadas en un momento, pero que son posibles de realizar, y sobre todo, una alternativa económica para el bolsillo de la gente: “hoy no sólo hacemos sillones, sino también reposeras, camas, bibliotecas, barras, banquetas, percheros, escaleras, bajo mesada… y la lista se puede hacer más larga si le sumamos las ideas nuevas que siempre surgen”, ríen.

Cuidar el medio ambiente, el bolsillo y no perder el buen gusto

“Nos encanta el estilo rústico, de campo, cuanto más detalle tiene la madera, me gusta más”, “Lo que tiene el palet es que es único, no vas a encontrar un mueble igual al otro. Además sacamos lo que otros tiran, “basura” del medio ambiente, lo transformamos, y lo mejor es que nunca van a haber dos muebles iguales, cada uno es especial”.

Trabajo en equipo

El emprendimiento familiar comenzó con ellos dos solos; Anahí encargada de tomar los pedidos y publicar en las redes, y Pablo, en lo que hoy es un taller en el fondo de su casa en el barrio Santa Lucía: “Esto es como un restaurante, ella me pasa la comanda y yo veo cómo construirlo”, cuentan.

Ahora varios chicos los ayudan en el taller en el barrio Santa Lucía

Hoy, por la cantidad de pedidos, los chicos sumaron a más personas que los ayudan en el taller a construir, lijar y pintar los muebles.

Compartir conocimientos, generar un oficio y ser solidarios

Pablo y Anahí lograron algo impensado y tienen un objetivo claro cuando les preguntamos sobre su futuro: “Queremos que más personas aprendan que se puede tener un oficio y vivir de esto”.

Es así que les encantaría poder dictar talleres sobre reciclado de tarimas (por supuesto), llantas y plásticos, para que otras personas puedan aprender y generar así una salida laboral.

Ofrecen sus productos en redes sociales y en ferias de emprendedores

“Lo ideal sería poder donar los muebles que se hagan en los talleres, a comedores y escuelas; es una deuda pendiente que tenemos y estamos viendo cómo poder llevarlo a cabo”, anhelan.