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Opinión y Actualidad

Joker: la pesada herencia

Te invitamos a leer la reseña de "Guasón" la película del icónico villano protagonizada por Joaquin Phoenix.

05/10/2019

Por Silvio Pratto

En la antesala del lanzamiento de esta, la primera película en solitario del Joker -o el Guasón, esa traducción que por estas pampas popularizó primero la serie de Batman de los 60 y luego la recordada versión de Jack Nicholson en la película de 1989- tanto su director Todd Phillips como Joaquin Phoenix cargaron sobre sus espaldas no solo el peso específico que supone trabajar sobre un personaje icónico para la cultura popular sino también, y quizás aún más, el de al menos equiparar su trabajo con versiones pretéritas de una enorme estatura interpretativa que además, contribuyeron a la constitución del desequilibrado payaso como el villano por antonomasia excediendo ampliamente su condición de "personaje de comics".


Y es que a la mencionada interpretación de Nicholson en "Batman" (1989) la sucedió un Heath Ledger extraordinario, según la mirada de Christopher Nolan en "The Dark Knight" (2008) Y si bien la encarnación de Jared Leto en "Suicide Squad" (2016) resultó apática, la mitología del personaje se mantuvo intacta.A esos pergaminos, Joaquin Phoenix ha sumado una actuación descomunal que quedará sin dudas en la historia del cine moderno. Y si bien no era una novedad la capacidad del actor, esta performance pareciera ser el cenit absoluto de su carrera. Phoenix construye a un Joker cuyo derrotero de víctima a victimario se desanda a lo largo de un guión de un mensaje corrosivamente político, que pone el acento en las consecuencias que las desigualdades de un sistema perverso tiene en las clases subalternas. Phillips utiliza como excusa la multiplicidad de problemas que en la ficción llevan al Joker a convertirse en un criminal sociópata para trazar un paralelismo sin demasiadas metáforas sobre las oportunidades que el sistema ofrece a pobres, enfermos, refugiados o excluidos por no responder a lo normativo.

Si el Joker de Heath Ledger, entonces, representó una metáfora sobre la confusión de los Estados Unidos frente al terrorismo, el de Phoenix emerge como una versión extrema del mártir social. Un símbolo de la desesperación, como la máscara de Guy Fawkes en "V for Vendetta", abrazado por los excluidos que extrapolan en su locura la desesperación de un contexto hostil que no ofrece ninguna oportunidad. Una aguda crítica social que difícilmente se encuentra en el cine mainstream de Hollywood por estos días.

Pero no solo la inspiradísima actuación de Phoenix o el enorme guión de Todd Phillips hacen de Joker un clásico instantáneo. La cinta cuenta con una fotografía y ambientación de una inspiración notable. Gotham City exuda desesperanza incluso en sus rincones más luminosos. En ese afán parece extirpada de las viñetas de David Mazzucchelli, así como algunos diálogos remiten directamente al Alan Moore de "The Killing Joke", dejando en claro que el director hizo sus deberes concienzudamente, como quien sabe que tiene entre sus manos un diamante difícil de equiparar.

"Joker" lleva el cine basado en cómics (ya no a ese subgénero llamado “de superhéroes”) a otro nivel. Lo redefine completamente y deja en claro cuáles son las posibilidades reales al momento de adaptar a la pantalla grande una historia o personaje surgido de un medio largamente desestimado como el cómic.

En ese sentido, puede ponerse a la altura de novelas gráficas como “Watchmen” que modificaron por completo la manera que el público en general, la crítica especializada e incluso los ámbitos académicos percibieron a la historieta. Es una película que modificará radicalmente la manera de hacer un tipo de cine que desde hace más de una década fue estandarizado, principalmente, por el Universo Marvel, lo cual es una noticia a festejar tanto por los amantes del cine como de un medio de expresión artística tan noble como la historieta.