Los trabajadores llegaron temprano a una jornada laboral trunca por el incendio de los salones comerciales en la noche del jueves.
Asombro, tristeza y desconcierto, se observaba a primera vista en los rostros de los empleados de El Tiburón y Bazar El Tiburón, dos locales comerciales consumidos por las llamas en la noche del jueves.
Los empleados arribaron como siempre alrededor de las 8 a la Peatonal Absalón Rojas, para una jornada laboral trunca por el siniestro en los salones comerciales.
Más de 20 empleados miraban sentados el trabajo de los bomberos y policías, que seguían combatiendo el fuego.
“No se que decirte, anoche apagamos todo como de costumbre y nos fuimos, pero a la hora nos avisaron del incendio. Cuando llegamos ya el fuego era demasiado y no se podía hacer nada. Prácticamente no dormimos, ahora solo acompañamos a los dueños”, dijo uno de los vendedores que lleva doce años en la empresa.