La joven argentina es conocida por ser "el caso 130" de covid-19 en el país. Recientemente recuperada, pero aún en aislamiento, cuenta cómo fue el proceso que la mantuvo al borde de la muerte durante un mes.
Hace un mes que a Marisol San Román le hicieron el primer hisopado y una semana después supo que había contraído coronavirus. Su vida, la que estaba viviendo en España cursando una maestría, cambió para siempre. Al igual que las de otras 2 millones de personas que en el mundo dieron positivo.
Marisol, que sólo tiene 25 años, recibió ayer el resultado que la convirtió en una de las recuperadas del Covid-19. La joven, en una charla vía Skype con Noticiero 7, reveló cómo es la intensa experiencia que le tocó vivir, debido a ese enemigo invisible que desconocía y que la atacó de forma inesperada.
"Es una alegría enorme ser un paciente recuperado, todo lo que sufrí, todo lo que me dolió, ya quedó atrás y es un momento como para empezar de nuevo", empezó diciendo Marisol que además reveló que escribió en sus paredes "voy a vivir y voy a ganar" como un mensaje de aliento.
La paciente 130 contó que pasó "un mes y dos días" hasta que llegó el resultado negativo desde el instituto Malbrán. En el medio, "tuve tres internaciones, una infección en el pulmón derecho, una faringoamigdalitis y se me activó una mononucleosis, algo que no se sabe mucho, pero el virus puede reactivarte cosas que hayas tenido antes".
Sentí que era una pesadilla y que desperté
También reveló que "las personas que tienen Covid-19 positivo y que pasan a fase de recuperación pueden donar su sangre para crearse plasma y con ese plasma se le dan inyecciones a pacientes convalecientes que están en estado crítico".
Sobre el momento del resultado dijo "grité, me quería poner a llorar, estaba como que no lo podía creer, agarré un marcador y escribí en todas las paredes palabras como vivir, feliz, gracias a la vida por darme esta oportunidad de brillar, gracias Dios por dejarme vivir".
"Mi vida continúa igual con aislamiento total, un poco más tranquila por el miedo de no contagiar a alguien, continuar en cama por el tema de la mononucleosis, dos semanas más no me van a cambiar nada", refiriéndose a lo que dicen los médicos.
Luego contó, "no sé cómo será el momento que salga de mi cuarto, seguramente iré a la heladera y voy a ver comida (risas). Necesito sentir la libertad dentro de mi casa. Poder abrir una heladera, prender un televisor, será como empezar de nuevo".
Por último, saludo a los santiagueños y pidió "acompañar a las víctimas y no caer en el acoso y en la discriminación".