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Locales

200 años de la Autonomía Provincial: breve cronología y repaso en imágenes

Con imágenes archivo de Canal 7, más el aporte de Nano Gigli, y el texto de la profesora Adriana Medina, te invitamos a ver este apasionante repaso por los 200 años de vida autónoma de la Madre de Ciudades.

27/04/2020

Para sintetizar estos 200 años de historia luego de creado el Virreinato del Río de la Plata, se crearon las Intendencias, entre ellas la de Salta del Tucumán, que incluía a Santiago del Estero. Este régimen se mantuvo hasta 1814 cuando, por decreto del Director Supremo Posadas, una nueva subdivisión vino a colocar a Santiago bajo la jurisdicción de Tucumán.

Así, el siglo XIX encontrará a la “Madre de Ciudades” en situación de dependencia, primero de Salta y luego de Tucumán. Esta dependencia, sin duda alguna, vino a alterar el espíritu santiagueño, provocando los intentos revolucionarios de 1815 y 1816 acaudillados por Juan Francisco Borges. Estas revoluciones fueron sofocadas y Borges fusilado el 1 de enero de 1817.

Sin embargo y a pesar del fracaso inicial, el ideario borgiano será retomado más tarde por Juan Felipe Ibarra, quien marchó desde el Fuerte de Abipones hacia la capital santiagueña y, en los alrededores del Convento de Santo Domingo, se produjo el combate con el consecuente triunfo de las huestes ibarrianas. El viernes Santo de 1820 mientras Jesús agonizaba en la Cruz, Santiago del Estero nacía como provincia autónoma, consumándose el proceso de liberación en que había sucumbido Borges tres años antes.

Más tarde, el 27 de Abril se procedió a la formal declaración de la autonomía, que recién fuera reconocida por Tucumán un año después con la firma del Tratado de Vinará. Este documento fue una clara definición por el sistema federal, pues allí se declaró “...no reconocer otra soberanía ni superioridad sino a la del futuro Congreso que organizaría la federación”. Además, concluía ofreciendo “…amistad a los hermanos tucumanos y el olvido del pasado”. A partir de 1820, Santiago vivió su propia historia participando en Congresos y Asambleas nacionales que perseguían el ordenamiento constitucional.

Era la segunda mitad del Siglo XIX, donde la ciudad comenzaba a nomenclar y numerar sus calles tomando como eje central la actual calle Libertad. También se crearon el Colegio Nacional y la Escuela Normal y se asistió a la llegada del FF.CC. Hacia finales del siglo, el gobierno de Absalón Rojas cambiará la fisonomía de la ciudad, sus calles son pavimentadas, se coloca luz eléctrica, se dio el nombre de “Libertad” a la Plaza Central y se crearon cuatro nuevas: Belgrano, Independencia, San Martín y Roca.


Sin embargo, el Siglo XX encontrará a la ciudad y a la provincia sumida en el letargo y azotada por el paludismo, epidemia que promovió la creación del Parque Aguirre con la plantación de 1600 eucaliptus por iniciativa del Dr. Antenor Álvarez. Un dato de color fue la plantación de lapachos rosados que hoy dan una personalidad propia a la ciudad.

Los años pasaron y Santiago fue creciendo bajo aspectos contrastantes. Con la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo primero y después de la Independencia, se inauguraron una serie de obras como el Teatro 25 de Mayo, el Hospital Independencia y la Escuela del Centenario entre las más importantes. Claramente, se infería que Santiago del Estero era la ciudad y el resto la campaña.

Hacia finales de siglo, la provincia atravesó una profunda crisis económica, social y política, producto de la aplicación de políticas neoliberales que condujeron al estallido social de 1993 conocido como “l Santiagueñazo”.

En estas duras condiciones y bajo el contexto de una crisis nacional, asomaba el siglo XXI. Calmados los ánimos, Santiago del Estero comenzó un nuevo proceso de transformación amparado en un plan de obra pública que impactó en la ciudad y en el interior. Importantes obras hídricas, viales, sanitarias, educativas, turísticas y culturales colocaron a la provincia a la altura que las circunstancias lo requerían: una modernización amparada en el bienestar del santiagueño y en la apertura al país y al mundo.

Hoy, es oportuno reflexionar no sólo para reivindicar a la Madre de Ciudades, sino para repensar la historia de lo que ocurrió en ese Abril de 1820 que hoy se celebra. Seguramente que esa reflexión girará en torno a los principios de la democracia representativa y de la soberanía popular, principios que constituyeron los valores fundacionales que se postularon a lo largo de estos casi 200 años de vida autónoma.