Santiago del Estero, Jueves 18
Abril de 2024
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Los campeones argentinos de 1991, un equipo que cortó una sequía

El plantel comandado por Miguel Cortijo logró el título y dejó atrás 23 años sin festejos. El recuerdo de aquel plantel de figuras.

01/07/2020

Santiago del Estero siempre se caracterizó por tener un básquet de buen nivel. En los diferentes campeonatos argentinos se presentó como protagonista y dio pelea. Pero después del título logrado en 1968, la selección santiagueño no pudo consagrarse campeona hasta que llegó 1991.

Con Carlos "Cacho" Banegas como entrenador y Miguel Cortijo como figura excluyente, el equipo santiagueño fue anfitrión y arrasó con ese torneo. Los protagonistas de aquel logro  recuerdan con emoción el título.

"Fue una felicidad tan grande salir campeón con Santiago. Años atrás con Simonetti nos hacíamos ilusiones de llegar a dirigir a ese equipo. Se dio gracias a un torneo que realizamos con un juvenil en donde llegamos a la final con Córdoba", recordó Cacho Banegas.

Gustavo Gómez afirmó: "Santiago venía de una sequía de 23 años y esta era una oportunidad inmejorable".

"Cada vez que se acercaba la fecha y te daban el permiso para ir a entrenar con tu selección, de encontrarme con mis compañeros, era una alegría enorme", recordó Miguel Cortijo.

"Me enteré en el '87 que el Campeonato Argentino se haría en Santiago y se transformó en un anhelo llegar a esa selección. "Era un equipo que se venía conformando desde el '86. Tuvimos una gran actuación en el juvenil y el cuerpo técnico se fijó en nosotros para acompañar a los mayores", contó Guillermo Aliende.

José Small comentó: "Empezamos a vibrar con ese proyecto a partir de la conformación del equipo, de la iniciativa del ingeniero Mario Medina de juntarnos a todos e ilusionarnos. Veníamos jugando juntos, así que no era difícil que tengamos química. Aceptamos la idea de ponernos muy bien para enfrentar ese desafío de salir campeones".

Su hermano, Carlos Small, afirmó: "Se armó un grupo humano muy lindo. La llegaba de Miguel alentó al equipo. Llegaba uno de los mejores jugadores de la Argentina. Nos unimos mucho. Fue una preparación dura, Reyes fue clave, no solo por su trabajo como preparador físico, fue un padre para nosotros".

"La base era de Olímpico, por lo que era importante que nos conocíamos de memoria. Nos preparamos mucho y llegamos en las mejores condiciones", recuerda Rubén Pikaluk.

"Era uno de los títulos que no había conseguido aun y tenia mucha ansiedad. Al plantel le sumamos a los chicos que venían del juvenil y logramos conformar un grupo maravilloso", amplió Cacho.

El torneo

Santiago del Estero integró la zona A del certamen con Formosa, al que derrotó por 112-81, Mendoza (victoria 88-79) y Buenos Aires (triunfo 79-76).

"El primer partido tenia todo la carga el debut, con nerviosismo y ansiedad. Nos encoramos con nuestro publico sabiendo que teníamos que cumplir con ese pacto de jugar con el corazón", recuerda el Mocho Small.

"No nos dábamos cuenta de lo que representaba hasta el primer partidos. Ahí tomamos conciencia de lo que significaba. Había mucha presión por ganar ese campeonato. Se jugaba en nuestra provincia y con un marco increíble que nos apoyaba. Era una mochila importante", afirmó Miguel Cortijo.

En la segunda fase, Santiago venció a Santa Fe por 88-80 y a Córdoba por 108-75 para clasificarse a semifinales en donde le ganó a Entre Ríos por 85-79.

Cortijo afirmó: "Sabia que íbamos a tener partidos difíciles, pero era lo que nos hacía mejor como equipo. Sacábamos el mayor provecho de cada uno en el momento justo".

La final

En la definición, Santiago del Estero se enfrentaba con la selección de Tucumán, que contaba con un Carlos Romano en un gran momento.

"El hecho de llegar a la final nos obligaba a ganarla. Lo hecho antes era importante, pero todo se venía abajo si no la ganábamos", contó Miguel Cortijo.

Por su parte, el Mocho Small recuerda que "No arrancó bien ese partido, fue un parcial de 14-7 para ellos, pero después nos acomodamos, empezamos a jugar con Pika y Javier y de la mano de Miguel logramos ganarlo".

Mientras que su hermano, Tatú, afirmó: "Jugamos a muerte porque era el rival cercano, nuestros vecinos, ademas de un poderoso equipo".

Faltaba 30 segundos para el final del juego y Carlos Small tenía la chance de sentenciar el partido desde la línea de libres con dos lanzamientos. Los fueron adentro y el marcador final fue 87-83 para Santiago del Estero.

"Cada posesión valía un campeonato. Faltaban pocos segundos y Tatú fue a la línea. Hay una imagen que representa lo que todos sentíamos en ese momento", recordó Gustavo Gómez.

Ese día para Santiago del Estero Pikaluk anotó 22 puntos, Cortijo 20, Tatú 17, el Mocho y Lepri aportaron 13 cada uno, mientras que Gómez marcó dos tantos. Por el lado de Tucumán la ofensiva pasó por Romano, que terminó con 32 puntos, acompañado por los 17 de Díaz, 12 de Mercado, 10 de Corroto, 6 de Solórzano, 2 de Rodríguez, Ale y Politti. San Martín también participó del juego pero no anotó.

"Fui partícipe de una de las gestas deportivas que quedaron en la historia del básquet de Santiago", cuenta Gustavo Gómez.

Mientras que Tatú Small afirmó que "fue emocionante, los gritos, levantar los brazos, era increíble. Se me ponía la piel de gallina. Nos sentimos aliviados de poder ganar y darle este logro a la gente".

Los hinchas

Los protagonistas recuerdan con emoción el apoyo del público, que colmó los estadios en cada noche. "Le daría el título a los hinchas. Fueron fundamentales", afirmó Tatú Small.

Mientras que el Mocho comentó: "Siempre le voy a agradecer el apoyo a la gente. Más allá de nuestras ganas y entrega, ellos nos empujaban en cada partido. Nos hacían vivir, nos daban emociones. Volvíamos a la Villa Delpino felices, no nos dábamos cuenta de que estábamos hace 60 días adentro".

"La gente del barrio nos daba fortaleza. Los cordones de personas que se ponían en la calle Francisco Viano hasta llegar a la cancha, era interminable y se iba incrementando con el paso de los partidos", contó Gustavo Gómez.

El paso de los años

Cada uno de los protagonistas de aquel título quedó marcado por el grupo humano. Ahora tienen contacto frecuente y todos los años se juntan para recordarlo.

"Ese grupo es algo especial, hasta el día de hoy nos seguimos juntando porque nos valoramos", contó Cacho Banegas.

Miguel Cortijo afirmó: "Estamos en la historia grande de esta provincia, especialmente en el básquet con tantas figuras en diferentes épocas que hicieron grande este deporte. Estoy feliz de haber  integrado ese equipo".

"Esos días son inolvidables. Hoy seguimos comunicándonos y recordando ese Argentino", contó Guillermo Aliende.

Carlos "Tatú" Small contó que "Todos los días estamos en contacto. No perdemos un segundo de estar comunicándonos".

"Siempre se acuerdan del equipo del '68 como el más representativo de la provincia en básquet. Después de ellos seguimos nosotros. Santiago luego volvió a ser campeón en básquet, pero ese equipo, con Miguel Cortijo y el plantel representó un momento muy importante", cuenta Ruben Pikaluk.

Quien añade: "Somos un grupo de amigos. No seguimos juntando siempre, en especial cada 17 de septiembre. Esa amistad va a durar para toda la vida".

Por último, Gustavo Gómez deja un concepto que deja claro lo que significa esa experiencia para ellos: "En ese momento fue un gran equipo. A 30 años quedó un equipo de grandes amigos".

Santiago del Estero logró consagrarse campeón argentino en 1937, 1948, 1962, 1968, 1991 y la última experiencia fue en Jujuy 2011. Títulos que se recuerdan de manera particular. Marcan el prestigio y la tradición que tiene el básquet en la provincia y el país.