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La RAE resolvió una importante duda: cómo debe pronunciarse la palabra "pizza"

Algunos le dicen “pícsa”, otros “pítsa”, “pixa” y hasta “piza”. La Real Academia Española explica la manera correcta para llamar a la comida italiana.

17/08/2020

De muzzarella es la más pedida. Pero quién no se rinde ante una napolitana, de jamón y morrón y una fugazzeta. Y pese a que la pizza es una comida de Italia con amplia aceptación en el mundo, no todos saben cómo realmente se pronuncia. Y la Real Academia Española respondió al interrogante.

La consulta de la semana que la RAE explicó en su cuenta de Twitter justamente tenía que ver con esta comida: ¿por qué se debe escribir “pizza” en cursiva?

Fue entonces que explicó que la palabra pizza es un italianismo crudo o no adaptado que debe de anotarse en cursiva debido a que la secuencia “zz” es ajena a la ortografía del español, o como se conoce habitualmente como extranjerismo.

Una vez que llegó la respuesta, surgió la verdadera polémica en torno a la comida de origen italiano, que no está a la hora de tomar un lápiz y papel para escribirla sino al hablar.

Hay quienes la llaman “pítsa”. Otros, en tanto, eligen decirle “pícsa” o “pixa”. Y no faltan quienes mencionarla apenas como “piza”.

La RAE tomó la posta entonces para resolver la gran duda de aquellos ún dudaban si la palabra pizza debería de ser pronunciada en italiano o en castellano, y la respuesta fue contundente.

Para una institución cultural con sede en Madrid debe ser pronunciada como en su lengua originaria, por lo que la manera correcta de pronunciar es “pítsa”.

Origen de la pizza
Tal y como se la conoce en la actualidad, la pizza fue creada por el italiano Raffaele Esposito en 1889, en la ciudad de Nápoles, Italia. Si bien es cierto que desde hacía tiempo ya existían pizzerías, este maestro la elaboró como hoy lleva a nuestra mesa.

Y fue en la Pizzería di Pietro e Basta Cossi la primera para honrar la visita de los reyes Humberto l y la reina Margherita de Saboya. Contaba con los colores de la bandera italiana: el rojo del tomate, el verde de la albahaca y el blanco de la mozzarella.

De todos modos, el comienza en sí data se mucho antes, y cubría la necesidad de un alimento barato y fácil de comer para los pobres que se apuraban por las demandas.

La preparación la ofrecían vendedores ambulantes que las cortaban en pedazos para ajustarse al presupuesto y apetito de cada cliente.