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Opinión y Actualidad

Crítica de "Black Panther: Wakanda Forever", de Marvel a la eternidad

Ryan Coogler retoma la historia de la nación de Wakanda con un alargado relato centrado en la pérdida, el conflicto y los peligros de la ambición capitalista.

15/11/2022

Por Ricardo Rosado
Para Fotogramas

Wakanda no es solo el hogar de los añorados regentes T'Chaka y T'Challa. La colorida nación africana de Marvel es también la cuna de la sabia Ramonda, reina, esposa y madre de monarcas, de Shuri, princesa local y responsable del Grupo de Diseño Wakandiano de innovaciones tecnológicas, y de Okoye, líder de La Dora Milaje, las fuerzas especiales de la nación.

Ryan Coogler, director y coguionista de 'Black Panther: Wakanda Forever' junto a Joe Robert Cole, resalta esto otorgando Angela Bassett, Letitia Wright y Danai Gurira el protagonismo que merecen pero, como en el resto de la película, el acierto termina asfixiado entre tramas no del todo refinadas, eternos subrayados y un obligado tono de duelo que nadie parece haber superado.

El triste fallecimiento de Chadwick Boseman ha marcado a sus compañeros mientras la maquinaria del UCM sigue adelante y, como tal, los planes de presentación de su remozado nuevo villano y el arco de la aflicción de un pueblo han chocado en un metraje mastodóntico que oculta pepitas de vibranium en su interior.

Y es que 'Black Panther: Wakanda Forever' entra por los ojos. Es una experiencia visualmente apetecible que, adornada por la inspirada banda sonora de Ludwig Göransson, incluye secuencias de acción que satisfarán a los que tampoco necesiten colocar al título entre las mejores películas de superhéroes pero, por otro lado, es una pena que no se haya podido pulir mejor el resultado.

El ingenioso cambio de Namor, que pasa de ser la enésima versión de un rey atlante a un endiosado mutante de un pueblo mesoamericano, tampoco logra brillar en un ambiente sumergido que se adivina mucho más interesante de lo que se muestra, apuntando a un acierto futuro que, de momento, queda velado entre aguas turbias y conversaciones reiterativas.

Sorprende que la severa batuta de Kevin Feige haya pasado por alto flecos como los desordenados regresos de Martin Freeman y Lupita Nyong'o, la insulta presentación de Dominique Thorne como Ironheart o la forzada conclusión en pleno clímax final que, de nuevo, nos hace pensar que la pérdida de un ser querido ha complicado un guion que, en otras circunstancias, hubiese sido un acierto.

Para completistas marvelitas con ganas y tiempo de sobra.