Los films de Park Chan-wook se convierten en experiencias visuales y sensitivas, algo que ha vuelto a lograr en su nueva película a golpe de arrebatado lirismo.
Por Beatriz Martínez
Para Fotogramas
Park Chan-wook siempre ha sido un director extremadamente virtuoso y sofisticado, un esteta de la imagen, un kamikaze de la forma. Sus films se convierten en experiencias visuales y sensitivas gracias a su capacidad a la hora de aunar una imaginativa planificación secuencial con un montaje y una banda sonora portentosas mediante las que crea auténticas filigranas compositivas.
El hombre que se encargó de dotar de una nueva dimensión al plano secuencia de acción en 'Old Boy' nunca decepciona a la hora de ofrecer un espectáculo excitante e inédito, ya que tiene la habilidad de no repetirse, de atesorar una explosiva batería de ideas que le permite reinventarse en cada una de sus propuestas. Su exquisitez y atrevimiento no conoce límites, su capacidad para utilizar las herramientas del lenguaje dependiendo de las circunstancias, tampoco. Por eso, no sorprende que 'Decision to Leave', su nueva gran obra después de 'La doncella', vuelva a ser una virguería en la que encontramos un sinfín de soluciones al borde del delirio que, de nuevo, deja sin palabras. Sin embargo, lo fundamental es que todos estos recursos (de la más variada estirpe) se encuentran configurados para sumergirnos de forma inmersiva en la psique de sus personajes, para adentrarnos en sus pulsiones internas a través de la obsesión, la fatalidad y la sensualidad en una espiral de deseo y peligro.
'Decision to Leave' es, como la mayor parte de su filmografía, un noir plagado de giros, de esencia laberíntica, de cambios de punto de vista, de elipsis, de transiciones, de juegos orales rimados que se superponen, protagonizado por un policía obsesionado con su trabajo y una mujer sospechosa de asesinato cuyas perspectivas entre la verdad y la mentira, lo oculto y lo visible, los hechos y los pequeños gestos de carácter simbólico se funden y se confunde casi como un baile sinfónico, una danza espectral y onírica. Un film apoteósico entre la pulsión de amor y muerte, misterio y el romance que nos lleva desde el precipicio a las profundidades a golpe de arrebatado lirismo oscuro y trágico, tan bello como herido.
Dejarse arrastrar por un thriller de esencia romántica extremadamente virtuoso.