Mariana Contreras dedicó su vida a luchar por los derechos de las trabajadoras sexuales y las personas con VIH.
En el Día Internacional de la Mujer, la ex trabajadora sexual santiagueña Mariana Contreras relató a Diario Panorama los duros sucesos transitados en diferentes etapas de su vida.
Mariana comenzó contando que a los 17 años quedó embarazada, lo cual la orilló a viajar rumbo a la provincia de Buenos Aires en busca de nuevas oportunidades. Allí encontró el amor, se casó y tuvo tres hijos.
Sin embargo, a la temprana edad de 25 años, enviudó. Su pareja falleció de VIH, y fue en ese momento cuando se enteró de que ella también padecía la enfermedad. “Fue muy fuerte enterarme que yo también lo sufría, sobre todo porque me encontraba transitando mi último embarazo, y no era solo sentir miedo por mí, sino por el bebé que llevaba dentro”, manifestó Contreras.
A los 28 años, Mariana comenzó a ejercer el trabajo sexual. Ante esto, expresó: “Ser prostituta era mi trabajo, ponía un horario para llegar a esa esquina y otro para irme a mi casa, hacía respetar mi calle, no cosificaba mi cuerpo, sino que vendía un servicio”.
Mariana Contreras
Agregó: “Algunas veces pensaba qué hacía sentada en ese lugar. Luego, vinieron los planteos y reproches de mis hijos por mi ausencia, ellos también sufrieron mucha discriminación por mi trabajo y enfermedad”.
En esta línea, comentó: “Hace 4 años puedo decir abiertamente que tengo VIH. Aunque era un secreto a voces, ya que muchas personas lo sabían, pero por boca de otros, nunca se acercaron a preguntármelo directamente”.
Mariana Contreras dedicó su vida a luchar por los derechos de las trabajadoras sexuales y las personas con VIH, practicando el feminismo. En este camino, junto a organizaciones sociales que la respaldaron, logró cambiar dos artículos que penaban el trabajo sexual, así como también, agregar uno que tiene que ver con la discriminación. “No me arrepiento de nada de lo que hice, todo lo hice con el corazón y me hace ser la mujer que soy”, sostuvo Mariana.
Mariana Contreras
“Para muchos soy un ejemplo de vida, a mí no me gusta ser un ejemplo de nada, tengo mis virtudes y defectos como todos los seres humanos. Lucho por un mundo diferente para nosotras”, concluyó su relato entre lágrimas.
Mariana dejó la prostitución porque se propuso cambiar su vida a partir de sus 50 años. Actualmente, lucha y educa en la enfermedad del VIH, mientras escribe su autobiografía.
Mariana Contreras