Fue la semana pasada, durante la celebración de sus 80 años en el patio del Indio Froilan, lugar que la querida bailarina convirtió en su hogar.
El pasado 12 de junio doña Adela Saavedra cumplió 80 años y lo celebró como acostumbraba: rodeada de sus seres queridos y de sus alumnos, en el lugar que convirtió en su hogar, el patio del Indio Froilan.
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Fue una mañana distinta, aquella, en la que la querida bailarina recibió, además de un hermoso festejo, un gran homenaje en vida por su trayectoria. “Ella ha puesto todo su amor en este lugar, desde hace años, ella venía preparaba su comida, su locro y empanadas”, recordaba Tere Castronuovo, al nombrarla como cofundadora del tradicional patio.
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Doña Adela se encontraba acompañada de su nieto, Brian, y en una oportunidad, habló con las cámaras de Canal 7, sin saber que se trataría de su última entrevista: “Se cumplió un ciclo, pero seguiré hasta que Dios diga basta”, sostenía con total lucidez, a pesar de estar luchando contra la enfermedad que la llevó a su muerte.
Adela Saavedra ya no podía bailar y lo lamentaba, “pero sí puedo corregir”, decía entre risas, agregando que aún dictaba los talleres de baile para adultos. “La agrupación de bailarines Santiago del Estero tenemos la zamba de Saavedra, la tradicional, y la bailamos en todo el país; ese es el legado que nos ha dejado. Nos ha dejado la unidad, ser buena persona, el cariño que le tenía a una tierra que hizo suya”, dijo hoy el profe Miguel Serrano, tras confirmar su deceso.