Jennifer Lawrence protagoniza "No Hard Feelings", comedia ‘teen’ dirigida por Gene Stupnitsky con Andrew Barth Feldman y Matthew Broderick.
Por Pablo Vázquez
Para Fotogramas
Poca broma con Gene Stupnitsky. Este señor, que no ‘señoro’, está tratando de hacer incorrección política en tiempos nada proclives para ello. Está dejándose el alma por reivindicar un género tan maldito ahora como la comedia ‘teenager’ (la presencia clave de Matthew Broderick) a riesgo de que lo acusen de incel machirulo. El coguionista de la estupenda ‘Bad Teachery’ la fallida ‘Año uno’, amén de director de la descacharrante ‘Chicos buenos’ (2019), parece querer orinarse sobre el circunspecto rictus de una generación asexuada, mojigata y acristalada.
Lo mejor de ‘No Hard Feelings’ es lo que tiene de ajuste de cuentas y de corte de mangas, con la complicidad de una asilvestrada Jennifer Lawrence, a partir de una premisa insensata (‘La vecina de al lado’ + ‘No puedes comprar mi amor’) que respeta los cánones (gags herederos de Hughes, pero también de Chuck Vincent, Boaz Davidson o el Thom Ebernardt de ‘La noche antes’), sin perder la oportunidad de revertir los roles (aquí es el chico la presa a conquistar) con un ejemplar uso del ‘hot slapstick’, y si no, ahí está la salvaje escena nocturna de la playa. Como ‘La mujer explosiva’ (1985), todo un sentido cántico a la Diosa Triple que viene a redimir al macho emasculado. Lástima que el conjunto peque de una inesperada autocontención, pareciendo más un, valioso pero prudente, tanteo que una obra rupturista, y termine por engrosar el fastidioso catálogo de las comedias que tienen más gracia contadas que vistas.
Para parejitas que no por ser románticas dejan de ser/estar menos cachondas.