Su dramática historia se hizo viral en redes sociales después de que un vecino denunciara su sufrimiento.
Dianita, como la rebautizaron en su nuevo hogar, pasó dos años atada y confinada en un pequeño espacio, lo que la obligó a dormir y realizar sus necesidades en el mismo lugar. Esta situación le causó numerosos problemas de salud, incluida una deformidad en sus patas que afecta su movilidad hasta hoy.
La presidenta de Pandilla Felina, Anista, relató que la dueña original de Diana era una mujer mayor que sufría de depresión tras la muerte de su esposo. La mujer alegó que mantenía a la gata atada porque envenenaban gatos en el vecindario y temía por su seguridad. Sin embargo, Dianita llevaba dos largos años en estas condiciones deplorables.
@pandilla.felina está gata pasó 2 años AMARRADA! una persona pudo grabar esta atrocidad y lo subió a las redes en forma de denuncia. nosotras acudimos al llamando, fuimos por ella contra todo pronóstico y respuesta. dejarla ahí más tiempo no era opción. ahora está a salvo, recuperándose física y psicológicamente. si deseas apoyar este caso escribeme al privado. #cat #kitty #kittyrescue #catsoftiktok #catlover #noalmaltratoanimal #gatos ♬ sonido original - pandilla felina
Con la firme convicción de mejorar la vida de la gata, la organización logró persuadir a la mujer para que entregara a Diana y así poder brindarle un ambiente más adecuado. La mujer aceptó la situación y reconoció que no le estaba proporcionando una buena vida a la gata. "Fue muy traumático verla en esa situación", admitió Anista.
Cuando Diana llegó al refugio de Pandilla Felina, su estado era desolador. Con tres años de edad, pesaba solo 1 kilo y medio, su pelaje estaba enmarañado y plagado de pulgas y garrapatas, lo que le había causado problemas sanguíneos. Fue un proceso difícil, pero con dedicación, cariño y el apoyo de vecinos y seguidores de la organización, lograron mejorar gradualmente su salud.
Diana
Anista compartió que, tras ser rescatada, Dianita pasó 20 días durmiendo de pie, ya que su cuerpo y mente se habían acostumbrado a esa posición. La gata era inicialmente arisca, pero poco a poco fue recuperando la confianza. Aunque aprendió a saltar durante su estancia en el refugio, debido al trauma que sufrió, Diana no puede ser adoptada y continuará su vida en el refugio. "Es una pena, pero aquí no le faltará amor, comida ni cuidados. Le daremos la vida que siempre debió tener", aseguró Anista.
Respecto a la antigua dueña de Diana, Pandilla Felina llegó a un acuerdo con ella y la convenció de no tener más mascotas.