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Opinión y Actualidad

Crítica de "Chinas": doble identidad de la mano de Arantxa Echevarría

Arantxa Echevarría sigue la estela de "Carmen y Lola" con una película cargada de verdad que reflexiona sobre identidad y raíces.

27/09/2023

Por Àlex Montoya
Para Fotogramas

¡Cuánta verdad respiraba ‘Carmen y Lola’ (2018)! ¡Y cuánta verdad respira ‘Chinas’! La nueva película de Arantxa Echevarría suma una experiencia propia y la curiosidad de la cineasta, que eleva una anécdota a guion para reflexionar sobre los conflictos de la integración y la identidad a partir de la peripecia de dos niñas de 9 años marcadas por sus ojos rasgados.

Cuenta Arantxa Echevarría que el guion de su nuevo largometraje nace como clienta habitual de un chino (“llámalo tienda, o bazar”, reclama la niña en el film), cuando, desde ese buenismo europeo blanco, quiso ayudar a la hija de los dueños: la pequeña había escrito una carta a los Reyes Magos, la madre no quería permitir injerencias en su bunquerizada burbuja, ni siquiera de esa fiesta española en la que tres señores con barba dejan regalos la noche del 5 de enero. La ilusión de los críos no tiene ningún sentido para ella. Y la cineasta se encontró en una encrucijada cuando la niña le pidió que fuera ella quién mandara la misiva a sus altezas. La directora y guionista, de hecho, incluye esa reveladora anécdota en la trama, con el personaje de Carolina Yuste, secundario pero tremendamente eficaz, convertido en alter ego de Etxebarría.

El film contrapone a Xiang, adoptada desde bebé por un matrimonio español de clase alta (Leonor Watling y Pablo Molinero), y a Lucía, nacida en España de padres inmigrantes, propietarios de un bazar en el madrileño barrio de Usera. Desde el momento en que coinciden en clase, se convertirán en inesperados espejos de vidas tan opuestas como parecidas. Ambas nadan entre dos aguas, cada una desde su esquinada realidad; ambas combaten en una pelea interna por entender quiénes son y a dónde pertenecen, por comprender sus raíces y cómo influyen en su día a día. Querer ser una misma sin sentirse traidora a los orígenes.