X
Opinión y Actualidad

Crítica de "Vidas pasadas"

La cineasta coreana Celine Song nos regala un relato lleno de delicadeza, sensibilidad y empatía sobre el amor interrumpido y los caminos separados que se cruzan.

01/11/2023

Por Sergi Sánchez
Para Fotogramas

Lo primero que pensamos es en la trilogía del amanecer de Richard Linklater: una historia de amor rota en tres periodos, acunada por sendas elipsis de 12 años cada una, y mecida por el diálogo. Pero, en realidad, ‘Vidas pasadas’ es una inversión del romance de Céline y Jesse: aquel se proyectaba en el futuro, y este, como indica su título, se empeña en resolver lo que no fue, ese amor interrumpido que, al final, siempre vuelve para recuperar el tiempo perdido, para hablar del tiempo, para negociar con él.

Celine Song, que parte de experiencias autobiográficas, sabe que es importante que el espectador sienta que, en los vacíos que separan los desencuentros de Hae Sung y Nora, en esos años en los que las vidas de ambos emprenden caminos separados, sin saber el uno del otro, reside el corazón de la película, y es el peso de esa ausencia, de su poso melancólico, lo que hace que su cita final en Nueva York, cuando las afinidades afectivas de su infancia podrían haber sido enterradas por sus sueños y ambiciones, sea tan conmovedora.

Song, experta dramaturga, podría haber insistido en la alienación del exiliado (Nora se instala en Canadá cuando es preadolescente) o caído en los clichés del triángulo amoroso (Nora está casada con un escritor norteamericano cuando vuelve a ver a Hae Sung), pero, felizmente, evita esos tópicos para que ni la tradición cultural de su protagonista femenina ni la existencia de un marido entorpezcan el relato civilizado de ese reencuentro neoyorquino donde valen tanto los silencios y las miradas tímidas como las palabras. En la propuesta de Song, impera la delicadeza, la sensibilidad y la empatía hacia sus personajes.

Al final, y salvando las distancias, ‘Vidas pasadas’, como el cine de Ozu, quiere representar una emoción que la cultura oriental concentra en un solo concepto: si para el autor de ‘Primavera tardía’ era el ‘mu’, esa nada que en la religión budista canaliza un sentimiento de plenitud, para Song es el ‘In-yun’, el modo que tiene el universo de reunir a dos almas que se sintieron gemelas en sus vidas anteriores.

Para los que aún piensen en su primer amor.