Se tratan de flores de cannabis que tendrán como destino a Australia (200 kilos), a Portugal (400 kilos) y a Alemania (130 kilos).
Flores de cannabis para uso medicinal cultivadas en Jujuy se consumirán pronto en Alemania, Portugal y Australia. Cannava, la empresa estatal de la provincia norteña, concretó la primera exportación de cogollos de marihuana después de seis años de trabajo, primero en investigación y desarrollo y, desde hace un tiempo ya, con la producción de aceite para el mercado interno.
Gastón Morales, presidente de la compañía pública, en las últimas semanas los gobiernos de esos países autorizaron la entrada de cientos de kilos de cannabis cultivado en Jujuy para ser expendidos en farmacias autorizadas de cada lugar directamente como flores y no como aceite.
Si bien en Alemania está legalizado desde abril el uso adulto de marihuana (y desde 2017 el medicinal), y Portugal descriminalizó el consumo de la planta hace años, el cannabis producido por Cannava será para uso exclusivamente terapéutico y contiene -en dosis bajas- THC, la molécula que en muchos países está prohibida por sus efectos psicoactivos pero que, según una biblioteca médica cada vez más grande, es clave para mejorar la calidad de vida en pacientes de diversas patologías.
En los próximos meses, Jujuy exportará 200 kilos a Australia, 400 a Portugal y 130 a Alemania. “Solo en función de estos contratos, hechos entre mayo y junio de este año, hemos recibido órdenes de compra por 730 kilos de flores para tres destinos. En base a estos tres contratos vamos a tener una facturación anual total de 5 millones de euros”, comentó Morales.
Para el segundo año, el funcionario calcula que la facturación de Cannava crecerá a 7.600.000 de euros. “Y ahí estimamos un crecimiento sostenido de la demanda del orden del 5% anual. A lo largo de los próximos 15 ó 20 años la empresa estatal estará generando recursos por 150 millones o 200 millones de euros. Y se puede disparar, pero preferimos atarnos a los contratos cerrados para proyectar”, comentó el presidente de la empresa jujeña.
En febrero de 2024, Cannava inició tratativas junto a GLB y Canapac, empresas de Portugal, para instalar en Lisboa su hub de exposición y showroom, donde estableció contactos con más de 30 potenciales clientes del mercado europeo. Dos meses más tarde firmó el primer contrato de suministro a largo plazo (por cinco años), con la empresa alemana Drapalin, una farmacéutica que distribuye cannabis en ese país, y se aseguró la venta de 800 kilos de inflorescencias de cannabis medicinal durante el primer año.
En mayo Cannava consolidó su presencia en Australia mediante un contrato similar con la distribuidora local Cannabas PTY, con compromisos de compra de 1.250 kilos en el primer año y 2.500, en el segundo. Australia tiene un modelo regulatorio a través del cual las flores se venden en farmacias autorizadas por el gobierno. El país de Oceanía casi no produce cannabis por las complicaciones que le ofrece el clima. Alemania tiene un problema similar y, hasta ahora, compra en Israel, Canadá y, en menor medida, en Colombia y Uruguay.
“Además, a través del hub de comercialización instalado en Portugal son más de 20 las empresas de todo el continente europeo que están en tratativas para formalizar compras de producto a Cannava, de las cuales cinco ya emitieron órdenes de compra de inflorescencias por el orden de entre 30 y 100 kilos mensuales cada una de ellas”, explicó Morales.
El trabajo de Cannava por colocar sus flores en Europa comenzó a principios de 2023 cuando Morales y su equipo viajaron a Suiza y Alemania para contar y mostrar lo que hacen en la Finca El Pongo. “Ahí tuvimos una decena de entrevistas con diez empresas, fuimos asistidos por la embajada en Alemania, se movieron muy bien para poder generar estas reuniones. Dos las tuvimos en la sede de la embajada argentina. Eso marcó el inicio de una serie de alianzas comerciales con empresas europeas”, explicó el presidente de la empresa jujeña.
En agosto de ese año la empresa estatal firmó una alianza con una empresa que se dedica a atraer clientes europeos del sector. “Eso nos facilitó los vínculos con un ecosistema de más de 100 empresas que comercializan cannabis, principalmente la flor”, detalló Morales y explicó que el vínculo facilitó los contactos y propició las primeras exportaciones “estratégicas”, de cantidades pequeñas, como fue la que hicieron en septiembre pasado a Macedonia del Norte, a donde enviaron 70 kilos de flores. Luego, en diciembre, mandaron una pequeña porción de marihuana a Alemania para que fuera sometida a los estrictos controles de calidad de la farmacopea europea.
“Esto implica no solo garantizar la sostenibilidad económica de Cannava, y tener año a año un porcentaje del 40% al 50% de esta facturación de libre disponibilidad para los recursos públicos de la provincia. Nuestros costos anuales de producción están en el orden de los 2,5 ó 3 millones de euros. Todo lo que se obtenga a partir de ese número es algo que va a las arcas del Estado, en forma sostenida y garantizada, es decir, al pueblo jujeño”, consideró Morales.
A pesar de su avance, Cannava es una de las muchas empresas, grandes y pequeñas, que esperan la licencia de producción dentro de lo que establece la ley ley 27.669, que regula la industria del cannabis medicinal e industrial en el país. Sin embargo, el gobierno de Javier Milei no dio señales todavía sobre qué proyecta para el mercado de producción cannábica y cuál será el destino de la Agencia Regulatoria de Investigaciones del Cannabis y sus Derivados Medicinales (Ariccame), que está quieta y sin designaciones desde hace siete meses.