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Luis Galván, el campeón del mundo que nunca olvidó sus raíces en Fernández

Aunque los años lo llevaron por distintos caminos, su alma nunca abandonó aquellos callejones polvorientos y potreros de su infancia, donde dio sus primeros pasos.

05/05/2025

La muerte de Luis Adolfo Galván, campeón del mundo con la Selección Argentina en 1978, dejó una profunda huella en el corazón del fútbol argentino, pero especialmente en Santiago del Estero, su tierra natal, y en Fernández, la ciudad que lo vio nacer, crecer y soñar.

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Galván falleció este mediodía en Córdoba, tras atravesar un delicado cuadro de salud. Tenía 75 años. Aunque los años lo llevaron por distintos caminos, su alma nunca abandonó aquellos callejones polvorientos y potreros de su infancia, donde dio sus primeros pasos.

Talleres de Córdoba, el club que lo convirtió en leyenda, confirmó oficialmente su deceso y resaltó su legado: 503 partidos con la camiseta albiazul, 17 años de entrega incondicional, y un rol fundamental como formador en las inferiores y en el fútbol femenino. Pero antes de ser símbolo cordobés y campeón del mundo con Menotti y compañía, Luisito, como le decían en su barrio, fue simplemente un chico santiagueño con sueños enormes.

En Fernández, el dolor se mezcla con el orgullo. Los vecinos todavía recuerdan al niño que jugaba descalzo en las calles, al adolescente que no faltaba a un “picadito” aunque cayera el sol, al muchacho que no se mareó con la fama. “El fútbol fue mi refugio desde chico”, decía Galván en un video que volvió a circular en redes, donde su voz calma se mezcla con una sonrisa cargada de nostalgia.

Ese amor por el juego, tan puro como humilde, fue el que lo llevó al profesionalismo y lo sostuvo hasta lo más alto: levantar la Copa del Mundo en 1978. Pero Luis nunca se olvidó de su gente, de su provincia, de su origen. Siempre que pudo, regresó a Santiago, compartió charlas, enseñanzas y abrazos. Su figura trascendía el fútbol: era símbolo de respeto, esfuerzo y humildad.

Hoy, Fernández despide a su hijo pródigo, a su héroe silencioso. Luis Galván ya es eterno en los libros del fútbol, pero sobre todo, en la memoria viva de su pueblo, donde su legado no se mide en títulos, sino en el orgullo de haberlo visto nacer.

Luis Adolfo “Cabezón” Galván nació el 24 de febrero de 1948, en la ciudad de Fernández (Santiago del Estero).

Se inició en CA Independiente (Fernández) en 1965 y luego pasó al CA Unión (Santiago del Estero).

Debutó profesionalmente en CA Central Córdoba (Sgo. del Estero) en 1968 y jugó 11 cotejos en el Torneo Promocional de AFA. Pasó al CA Talleres (Córdoba) en 1970 y estuvo hasta 1982, intervino en 534 partidos y señaló 8 goles.

Luego militó en CSyD Loma Negra (Olavarría) y participó en 14 cotejos. También estuvo en 10 encuentros en CA Belgrano (Córdoba).

En 1985 se fue a CA Central Norte (Salta) y jugó 10 partidos.  

Después jugó 4 partidos con Club Bolívar (Bolivia) la Copa Libertadores de América.

En 1987 participó con CA Unión Santiago) y regresó en 1989 para jugar el Torneo del Interior. Jugó 10 cotejos.

Se retiró en CA Talleres de Jesús María (Córdoba) en 1989, donde fue campeón provincial.  

Participó en 35 cotejos con Selección Argentina, en dos Copas del Mundo (La Argentina 1978 y España 1982). Fue campeón del mundo en 1978. Obtuvo la medalla de Bronce en los Juegos Deportivos Panamericanos de México en 1975.

Jugó, en toda su carrera en la máxima división, 693 cotejos y marcó 8 goles. Falleció el lunes 5 de mayo del 2025, en la ciudad de Córdoba.

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