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El Turco Sily y el alma del mate santiagueño: historia, pasión y tradición artesanal

Desde su infancia, el Turco Sily vive rodeado de mates. Empezó como un juego, y hoy su emprendimiento familiar rescata lo natural y auténtico del mate tradicional argentino.

14/05/2025

El mate, más que una bebida, es un ritual. Y para el Turco Sily, artesano santiagueño, es una pasión heredada de su madre y un legado que ahora continúa su hijo Nicolás. En su taller, entre tornos, lijas y caladoras, el mate se transforma en una obra de arte que conserva la identidad local.

Empecé a tomar mate a los seis años”, recuerda Sily. Creció en un entorno donde la pava y el brasero eran protagonistas, sin termos ni tecnología. Su madre, con un pequeño negocio en casa frente al mercado Armonía, le inculcó el amor por el mate, mientras vendía “matecitos” entre vecinos y turistas.

Mates Mates

Con el tiempo, el juego infantil se volvió un oficio. Compró herramientas, aprendió técnicas y desarrolló su propio estilo. “Cortaba los mates redonditos, les ponía base de cuero y los vendía. Empezaba a entrar plata, era algo hermoso”, relata con orgullo.

Hoy, sus mates son fabricados artesanalmente con calabaza, cuero de cabra y virolas de alpaca o acero. Cada uno lleva su firma: desde los simples hasta los personalizados con nombres, frases o diseños extravagantes. “Hay para todos los gustos. Algunos quieren algo simple, otros algo llamativo. Pero todos buscan lo mismo: un mate con alma”, explica.

Mates Mates

También destaca que su emprendimiento no solo genera ingresos, sino que aleja a los jóvenes de la calle. “Mi hijo de 17 años está metido en esto. Le encanta. Se hace su termo, su portatermo, y va a la plaza a tomar mate con amigos. Eso es lo que vale”.

Sobre el proceso de fabricación, detalla que un mate puede llevarun día completo de trabajo, desde el secado, corte y lijado de la calabaza, hasta el montaje del cuero, las virolas y las patitas metálicas. “Todo lo hacemos a mano, con amor y dedicación. Es lo que la gente valora”.

El Turco Sily concluye con una sonrisa: “El mate es compartir, es amistad, es identidad. El turista ya no quiere lo industrial, quiere algo nuestro, natural, hecho acá en Santiago. Y eso es lo que ofrecemos”.

Mates Mates

¿Cómo te sentís vos al saber que vos, Turco pequeño, que aprendiste de tu mamá, ahora tenés un hijo que sigue tu tradición y tu legado?

Orgulloso de mi hijo” —dice con la voz quebrada—. “Cuando hablo de él, me quiebro. Porque él es mi compañero. Vamos a todos lados, a los partidos de Central Córdoba, a Buenos Aires, él me lleva a todos lados. Y lo veo crecer y seguir mi legado. Ojalá Dios me dé mucha vida para verlo y seguirlo. Aparte de ser un buen chango, es humilde, es impresionante el crecimiento que tiene. Es muy honesto.”, finalizó. 

Mates Mates

Un artesano, una historia, y un mate que va más allá del sabor: cuenta la vida misma.

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