La enorme jugada del uruguayo para igualar provisoriamente ante Bayern Munich fue seguida un emocionante grito de los hinchas del Xeneize en el Hard Rock Stadium de Miami.
A Boca Juniors se le escapó el empate sobre el final ante Bayern Munich, pero dejó una postal imborrable: el golazo de Miguel Merentiel, acompañado por una fiesta ensordecedora en las tribunas del Hard Rock Stadium, se transformó en un instante eterno para los hinchas xeneizes.
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La jugada fue una obra maestra. Alan Velasco lo ubicó con un pase preciso a espaldas del alemán Jonathan Tah, recién llegado desde el Bayer Leverkusen, y a partir de allí la Bestia hizo lo que mejor sabe hacer. Con velocidad, potencia y frialdad, le ganó al último hombre del conjunto bávaro, se la llevó con maestría, eludió al gigante Manuel Neuer y estampó el 1-1 parcial con una definición brillante.
El impacto del gol fue inmediato. La explosión de los miles de hinchas de Boca presentes en Miami dejó un sonido ambiente que estremeció incluso desde la transmisión. La intensidad del festejo recordó a las noches más calientes de la Bombonera.
Ese grito no solo empató transitoriamente el partido, también devolvió la fe a un equipo que, pese a caer por 2-1, jugó de igual a igual ante un gigante europeo y ratificó que tiene con qué competir en el Mundial de Clubes.
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La derrota sobre el final complica el camino a octavos, pero la ilusión no se apaga. Boca ahora depende de una victoria contundente frente a Auckland City y de que Benfica no sume ante Bayern. Mientras tanto, el equipo de Miguel Ángel Russo ya mostró una versión que entusiasma y que busca dejar atrás las dudas del pasado reciente.