Así lo consideró durante una visita a los estudios de Radio Panorama, Eden Habel Sapag, presidente de la Sociedad Siria Libanesa en Santiago del Estero.
Eden Habel Sapag, presidente de la Sociedad Siria Libanesa en Santiago del Estero, dialogó con Radio Panorama sobre la situación actual en Medio Oriente y señaló que la región vive una “tensa calma”, advirtiendo que “Medio Oriente vive en un volcán en erupción”, donde cualquier reacción puede poner en alerta al mundo entero.
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Según Sapag, el conflicto tiene raíces profundas ligadas a intereses geopolíticos. “Occidente tiene sus intereses en la región. Todo hace sospechar que Israel es un proyecto colonialista impulsado por las grandes potencias, por su ubicación estratégica en el paso hacia Asia mayor. Hay muchos intereses comerciales. Las potencias buscan manejar la región a través de un ‘delfín’ que represente sus intereses políticos y económicos, por encima de los religiosos”, explicó.
Al referirse al origen del conflicto, recordó que “desde la instalación del Estado de Israel en tierras palestinas, luego de la Primera Guerra Mundial y con la resolución de la ONU, se privó de sus derechos a los nativos palestinos”, situación que, según él, responde a “la influencia del poder económico mundial”.
Sapag diferenció entre el judaísmo y el sionismo: “Una cosa es el judaísmo, que es una religión, y otra es el gobierno sionista del Estado de Israel”.

Respecto a la violencia en la región, señaló: “No se justifica la violencia. Es un error político y estratégico que costó vidas humanas y que solo da argumentos a estos atropellos. En Palestina está ocurriendo un genocidio mientras las grandes potencias miran hacia otro lado. No conocemos otro hecho tan determinante que instale un Estado ‘de prepo’”.
Como solución, Sapag planteó que lo utópico sería que Israel se retire, pero destacó la necesidad de un diálogo sincero: “Hay que sentarse en una gran mesa honesta. En Medio Oriente se juega un partido de fútbol donde todos participan y la cancha está muy maltratada, y donde lamentablemente el pasto no va a crecer más”.
Finalmente, criticó el papel de otros países de la región: “Catar y Arabia Saudita son aliados de las potencias mundiales por intereses económicos y políticos. Arabia Saudita tiene sumida en la pobreza al pueblo yemení con un bloqueo feroz. No se pueden justificar acciones expansionistas ni homicidios”.