Así lo consideró en su columna de este martes para Radio Panorama el licenciado Osvaldo Granados.
Para el analista económico Osvaldo Granados, el componente más determinante en la evolución de la pobreza en Argentina sigue siendo el precio de los alimentos, tras conocerse los nuevos datos oficiales de la inflación. En su participación de este martes en Radio Panorama, remarcó que cuando se observan las estadísticas de pobreza elaboradas por la UCA, “la clave son los alimentos”, y que el refuerzo de herramientas como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar logró amortiguar el impacto de la inflación.
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En ese sentido, Granados anticipó que la nueva medición de pobreza que se conocerá en septiembre podría situarse “en torno al 41%”, aunque aclaró que esto dependerá también de la evolución de la canasta básica, que sigue siendo un indicador clave para las mediciones sociales. A pesar de algunos signos de desaceleración inflacionaria, el licenciado advirtió que aún falta una recuperación del empleo, un aspecto que los analistas siguen de cerca para hablar de mejora sostenida.
Respecto a la suba reciente del dólar, Granados explicó que una de las razones fue el fuerte aumento de la demanda de divisas. Esta presión compradora, señaló, debe ser contenida por el Banco Central porque, “más temprano que tarde, va a terminar impactando en los precios”. A esto se suma una decisión técnica de la autoridad monetaria: la eliminación de las letras de liquidez (Leliq) que los bancos suscribían y que implicaban la inmovilización de grandes volúmenes de dinero.
“Al liberar esas letras, quedaron cerca de 10 billones de pesos flotando. Parte de ese dinero fue directo al dólar”, explicó. También destacó un fenómeno estacional: la clase media con mayores ingresos suele volcarse a la compra de dólares antes de las vacaciones de invierno, ya que muchos viajan al exterior. En este contexto, el Banco Central se vio obligado a readecuar su cronograma para absorber pesos de la calle y frenar la presión sobre la moneda estadounidense.
Granados también se refirió a la presión de los productos importados, que comienzan a ganar terreno tanto en supermercados como en plataformas online. “En cualquier góndola ya se ven todo tipo de cosas importadas. Y en el rubro indumentaria, esto ya golpea fuerte”, sostuvo. Este cambio está modificando los esquemas tradicionales de producción y consumo, ya que muchos comerciantes optan por traer productos de afuera en lugar de abastecerse en el mercado interno, reconfigurando así la ecuación de costos y márgenes.