Así lo expresó durante un diálogo con Radio Panorama el sacerdote Marcelo Trejo, a propósito de la fiesta patronal de San Cayetano y luego del mensaje de la Conferencia Episcopal Argentina pidiendo "cuidar el empleo y las fuentes laborales".
A un día de celebrarse la fiesta de San Cayetano, el sacerdote Marcelo Trejo, titular de la capilla San Cayetano, visitó los estudios de Radio Panorama y reflexionó sobre la delicada situación social, económica y espiritual que atraviesa el país.
HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO
Lo hizo en sintonía con el reciente mensaje emitido por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina, que advirtió que "cuidar el empleo y las fuentes laborales debe ser prioridad de todo plan económico", en clara alusión al gobierno de Javier Milei.
"Mañana se va a testear el pulso social, económico y anímico argentino. San Cayetano provoca esta cuestión: esperanza en un tiempo muy conflictivo. Es el patrono de la providencia, pero toda la gente que camina y busca nos permitirá verificar lo que dice la Iglesia: la angustia del presente y del futuro. Será un desafío para la Iglesia sostener, acompañar y contener a la gente, y también un **llamado de atención al Gobierno Nacional", expresó Trejo.
El sacerdote también hizo foco en la distancia entre los discursos técnicos y la realidad cotidiana: "Hay una batalla entre números y narrativas. Ya no queremos más discursos vacíos ni estadísticas. Veremos mañana cuáles son los costos y preocupaciones verdaderos de los argentinos. Hay un dicho: 'contra el hecho no hay razón que valga'. Creo que eso se verá mañana", subrayó.
Respecto del rol de la Iglesia, Trejo no dudó en señalar una tensión entre los niveles jerárquicos y las experiencias del territorio: "Las narrativas de los niveles superiores son bastante infértiles. Pero cuando bajamos a territorio, con monjas, curas y laicos, encontramos otra verdad. Recorrer los santuarios de San Cayetano es descubrir la realidad argentina, en las colas, los rostros, los pedidos que expresan en silencio lo que nos duele".
Finalmente, cerró con una fuerte crítica al enfoque del gobierno nacional y una convocatoria a renovar la fe y la dignidad.
"San Cayetano es una promesa de dignidad de Dios para todos. No hay gobierno ni persona que nos pueda quitar esa esperanza. Si nos dejamos arrebatarla, es como olvidarnos de Dios. Esa es la batalla cultural y religiosa que hoy enfrenta el pueblo frente a este gobierno", concluyó.